COSTOS DE UNA DEFICIENTE PREVENCIÓN EN PROYECTOS DE CONSTRUCCIÓN ( Parte 1)
La industria de la Construcción es considerada a nivel mundial como una de las que tiene los mayores índices de siniestralidad laboral. Según estudios realizados por la OIT (Organización Internacional del Trabajo), alrededor de 110.000 trabajadores mueren en los frentes de trabajo cada año, lo cual representa el 30 % de todas las lesiones mortales en el trabajo en general.
LA PREVENCIÓN EN LAS OBRAS VISTA COMO UN COSTO
Usualmente en las empresas constructoras se concibe la prevención de riesgos laborales como un costo, muchas veces “obligatorio” o “impuesto” por la legislación vigente, los términos contractuales o las exigencias de la entidad de control y/o el fiscalizador del proyecto.
Esta concepción, aunque errónea, se agrava aún más cuando la economía de un país está pasando por etapas de crisis, en cuyo caso, una de las primeras medidas adoptadas por muchos constructores es reducir al mínimo los “costos” en seguridad y salud laboral.
Entre las principales razones por la cual, en la Construcción, los directivos asumen esta posición son:
a) El desconocimiento de las responsabilidades derivadas que debe asumir la empresa, ante un accidente laboral leve, grave o mortal.
b) La falta de indicadores económicos y de gestión en las empresas respecto al ausentismo o rotación del personal debido a un accidente.
c) El costo en sí de un accidente laboral o enfermedad profesional.
d) La falta de Políticas y Programas claros y efectivos de prevención en las obras.
LOS COSTOS DE LA “ NO PREVENCIÓN”
Un accidente de trabajo en una obra de construcción, constituye una significativa fuente de generación de costos económicos y no económicos para la empresa constructora, más aún para pequeños constructores o PYMES del sector constructivo, en cuyo caso, la incidencia puede traer grandes repercusiones en varios aspectos.
Según estudios realizados en países de la Unión Europea y la Asociación Internacional de la Seguridad Social, se estima que por cada euro que no se invierte en prevención, las empresas pierden 2,20 euros en su rendimiento económico. Bajo esta premisa, la “no prevención” implica cuantiosos costes imputables a la obra o empresa constructora; costos que en términos monetarios se pueden cuantificar en los siguientes valores principales a cancelar:
· Costos requeridos para cubrir los gastos médicos, hospitalización, medicinas, tratamientos y otros gastos necesarios para facilitar la recuperación del trabajador accidentado y su retorno al trabajo.
· Costos incurridos para la reparación de equipos, máquinas, infraestructura o propiedades de terceros, dañadas como consecuencia del accidente.
· Costos de sueldos e indemnizaciones establecidas por ley al trabajador accidentado y otros trabajadores afectados por el accidente ocurrido, que no pudieron realizar sus labores normales en la obra.
· Costos por la responsabilidad patronal ante el IESS, debido a invalidez, incapacidad o muerte del trabajador afiliado. (Acorde a una fórmula matemática para determinar la cuantía del seguro).
· Costos derivados de la investigación de accidentes, inspecciones de personeros de las entidades de control y trámites relacionados.
· Costos de contratación de nuevo personal temporal u horas extras a los trabajadores de la obra, para cubrir las funciones que desempeñaba el trabajador accidentado.
· Costos asociados a procesos legales, administrativos o sanciones de tipo laboral o judicial.
Nota.- La Próxima semana continuaremos con la Parte 2 de este artículo.
Saludos cordiales
Ing. Civil Ricardo Valencia Batallas
Máster en Seguridad Industrial y Prevención de Riesgos