COVID-19 y la importancia de tu actitud al negociar
La llegada de la pandemia nos marco como sociedad el inicio de una nueva etapa en todos los aspectos. La situación extrema nos dio un gran sacudón. Entonces una nueva actitud comenzó a reflejarse. Empezamos a actuar con mayor flexibilidad y creatividad y a dar rienda suelta a nuestra imaginación para adaptarnos a las condiciones del contexto y vivir bajo las nuevas reglas del juego.
A continuación me referiré puntualmente a como impactó esta situación en el caso de los contratos comerciales.
Este marco tan crítico despertó la búsqueda de recursos diferentes por parte de propietarios e inquilinos para sostener un negocio que se ve amenazado por estas nuevas circunstancias.
Partamos de una base: Un local cerrado es la peor de las situaciones para propietarios e inquilinos. Los primeros por que dejan de percibir su renta pasando a tener un capital improductivo, y los segundos por que se ven privados desarrollar su actividad para poder sustentarse o expandirse. Es decir que no existe beneficio para nadie.
Las salida inmediata hoy esta pasando en general por una rebaja del alquiler por parte del propietario al inquilino por un plazo de tiempo, entendiendo el propietario que aceptar esta alternativa es mejor que quedarse sin cobrar el alquiler mensual.
Una respuesta equitativa pasaría hoy por pensar en la generación de relaciones WIN TO WIN (Ganar – Ganar) con la participación activa entre propietarios e inquilinos, es decir, que ambas partes logren acuerdos de los puedan obtener beneficios mutuos que los satisfagan.
Dado el contexto inestable y cambiante los convenios que se pacten entre las partes debieran ser por plazos no muy extensos y dejar salidas viables de los mismos de no obtenerse resultados satisfactorios. Para darte algunos ejemplos:
El inquilino le plantea al propietario una rebaja en el alquiler por un plazo a pactar y este último podrá aceptarla con la condición de que si aparece otro interesado con una propuesta de alquiler superadora debidamente documentada el propietario se compromete a otorgarle a su actual inquilino la posibilidad de igualar dicha oferta, y si a este no le fuere posible, entonces el propietario quedará en libertad de alquilárselo al nuevo interesado.
Otro caso. El inquilino puede proponerle al propietario pagarle en concepto de alquiler un porcentaje de su facturación mensual con un piso mínimo asegurado a convenir por un plazo a pactar. Si finalizado el mismo las partes no estuvieran satisfechas con los resultados obtenidos quedaran en libertad de acción.
Y así podríamos seguir generando otras alternativas, pero para avanzar con cualquiera de ellas es muy importante que la relación propietario – inquilino sea empática, con actitud abierta y flexible que les permita a cada uno ponerse en el lugar del otro generándose diálogos que se conviertan en acuerdos que les posibiliten beneficios mutuos.
Alejandro Feliciotti.