COVID-19 Y LA TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN: ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE SU IMPACTO EN LA POBLACIÓN
Células infectadas por Coronavirus representado por puntos verdes

COVID-19 Y LA TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN: ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE SU IMPACTO EN LA POBLACIÓN

La Pandemia de COVID-19  ha creado una crisis sanitaria internacional,  que ha centrado  los esfuerzos  en aprovechar la tecnología disponible para conocer el comportamiento del virus que la provoca y como combatirlo. Las herramientas tecnológicas tienen fortalezas innegables y son muy prometedoras; sin embargo, en estas circunstancias extremas, donde se esperan resultados rápidos, hay varios desafíos que superar.

Una de las herramientas tecnológicas más discutidas ha sido el desarrollo de aplicaciones  tanto para administrar digitalmente el procedimiento de notificación de casos  como para rastrear la propagación geográfica del virus. Sin embargo, su éxito depende de la aceptación, y las preocupaciones sobre la privacidad de los datos personales pueden impedir su uso.

Hay diversidad de criterios en la población sobre si es aceptable que el gobierno use datos de teléfonos móviles para rastrear su ubicación con el fin de comprender la propagación del virus, para rastrear contactos y para monitorear el cumplimiento a las políticas de distanciamiento social. 

La tecnología también ha estado a disposición de la búsqueda de información sobre candidatos a tratamiento para detectar drogas que puedan reutilizarse contra COVID-19, un ejemplo de ello es  baricitinib, un medicamento antiinflamatorio que pudiera actuar sobre la cascada inflamatoria que produce la enfermedad, el cual se ha utilizado recientemente combinado con el antiviral remdesivir en un ensayo clínico ; Sin embargo, debido a que baricitinib pudiera desarrollar infecciones graves y hasta que se hayan establecido pruebas de la eficacia y seguridad, la publicación  de los resultados de la investigación con el mismo, debe estar sujeta a controles tecnológicos. Tal precaución está justificada, dado que la comunicación de un potencial tratamiento puede conducir a la automedicación provocada por la propagación de información errónea en línea, como fue el caso de la cloroquina y la hidroxicloroquina.

La comunicación ha cambiado  durante la pandemia, las plataformas de redes sociales han servido como mecanismos para ayudar a las personas a mantenerse conectadas, entregar mensajes importantes de salud pública y difundir importantes hallazgos de investigación. Sin embargo, estas plataformas también han dado lugar a la llamada infodemia (una sobrecarga de información sobre la pandemia), lo que hace difícil distinguir qué información es precisa y qué no, a pesar de que dichas plataformas, intentan contrarrestar este peligro dirigiendo a los usuarios a fuentes de información oficiales y eliminando publicaciones que entren en conflicto con las políticas de salud pública, estos movimientos no han detenido la infodemia, lo que sugiere que se requieren regulaciones más estrictas.

CONCLUSIONES

Las herramientas tecnológicas han tenido en el público efectos contradictorios porque

1. Por una parte las  personas se sienten seguras ya que tienen conocimiento del rápido ritmo al que los investigadores y  empresas estudian y rastrean la pandemia de COVID-19

2. Por otra parte,  este mismo conocimiento genera desconfianza ya que sienten que  sus datos personales están siendo monitoreados y no se puede controlar del todo  la difusión de información sobre medicamentos cuya eficacia  no está demostrada científicamente lo cual pudiera conllevar a automedicación. 


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