COVID-19 y la transformación del ADN del diseñador.
Es innegable el gran impacto que esta crisis está ocasionando a muchos sectores, pero sin duda uno de los que mas transformación tendrá es el del sistema moda. Hoy no quiero referirme a los ajustes que las marcas están haciendo contra reloj para no hundirse ante tal situación sino a los cambios internos que los diseñadores detrás de las marcas están experimentando en todas sus dimensiones humanas, porque de lo que pase allí, dentro de ellos, de su lectura de la nueva realidad dependerá la moda del mañana.
El diseño como labor representado en textiles, prendas de vestir, joyería, bisutería, marroquinería cuero o calzado, es una disciplina creativa y como tal una expresión artística del diseñador que da respuesta mediante su estilo a un momento específico de la historia.
Como persona de mercadeo sé de la importancia de enfocarse en exceder las expectativas del consumidor. Sin embargo, lo que hace diferente al sistema moda de cualquier otra industria, es que es igualmente relevante la expresión creativa del artista pues a partir de su visión y sensibilidad, la construcción y valor de marca se fortalecen permitiendo al consumidor identificarse con ese estilo y lenguaje que la hacen única.
Entonces, es la transformación que los creadores y diseñadores de marca están teniendo física, emocional, social, cognitiva y espiritualmente en época de Covid-19 la que determinará las semillas de cambio del ADN de muchas marcas.
La historia del traje nos demuestra cómo a lo largo de los siglos los costureros, artesanos, sastres, modistos y diseñadores han dado respuesta a momentos políticos, económicos y sociales, entre otros, desde su propuesta y estilo marcando épocas enteras. Así ha sido y así seguirá siendo. La moda continuará su transformación.
Lo que ya vemos es que las marcas que han usado al sistema moda solo para un mero intercambio comercial, abusando de los recursos humanos y naturales y que carecen de ADN y diferenciación tenderán a no ser relevantes y a desaparecer en el tiempo pues seguramente no tendrán respuestas auténticas y duraderas a este momento histórico al carecer de identidad, y ese es un ajuste que no se hace contra reloj.