¡Creado en China!
El sueño de la marca propia.
Por prejuicio o por experiencia en los años 90 cuando un producto decía “made in china” era sinónimo de mala calidad. Hoy, pasados 20 años del nuevo siglo hay pocas cosas que no se hagan en China y sus productos gozan cada vez más de buena reputación.
Claudio F. González, catedrático de la Politécnica de Madrid, escribió "El gran sueño de china. Tecnosocialismo y Capitalismo de Estado" en donde cuenta las relaciones y procesos del gigante oriental para el desarrollo industrial y la generación de confianza en la sociedad. Dice el autor en un posteo escrito en el sitio hipermediaciones, “… durante el periodo 2014-2020 sucedió un cambio imperceptible que lleva a una nación a transformase desde economía de gran tamaño, hasta un verdadero poder global (...) el paso decisivo del camino que ya había comenzado tuvo lugar en 2017 cuando una nueva forma de presencia de China en el mundo se hizo patente en el ámbito internacional, cuando la política del partido comunista dio definitivamente un nuevo giro nacionalista, cuando la tecnología adquirida por -y desarrollada en- China se convirtió en parte visible de su plan de liderazgo industrial y, no menos importante, cuando el liderazgo del presidente Xi se consolidó dentro del partido y se quedó sin oposición permanente".
Quienes seguimos el comercio internacional observamos como China avanza sobre los mercados estratégica y metódicamente. En 2015 el gobierno anunció el primero de sus grandes planes: Made in China 2025, con el objetivo de convertir a China en esta fecha en líder en industrias como la robótica, la fabricación de semiconductores, los vehículos eléctricos, las energías renovables y, por supuesto, la inteligencia artificial. Para los analistas el “Made” no debe entenderse como “hecho en China”, no sino como “creado en China”, presente también en los caracteres del nombre original chino (zhizao, 制造)
En 2011 el ministro de Comercio de China, Chen Deming, dijo al parlamento que el gobierno: "alentará a las empresas chinas para desarrollar inversiones en el extranjero y adquirir famosas marcas mundiales con el fin de obtener el reconocimiento internacional y mejorar la imagen y la competitividad de los productos chinos". La prueba fue que las multinacionales como Haier, Huawei, Lenovo y Mindray se posicionaron fuerte en mercados desarrollados como Europa y Estados Unidos, soportando una fuerte resistencia de gobiernos y marcas.
Hasta el momento las empresas chinas tienen se expandieron de dos maneras en el extranjero: de forma "orgánica", por la ampliación de sus operaciones existentes y de forma "inorgánica" mediante la compra de sus rivales extranjeros. La segunda opción tiene más repercusión mediática y parece ser por el momento la que tiene mayor ímpetu. Como ejemplo la empresa de electrónica Lenovo, que adquirió el negocio de PC de IBM en 2005 por US$1.750 millones, también fue adquirida por capitales chinos la empresa alemana Putzmeister, la italiana Ferretti, la aeronáutica estadounidense Cirrus y la compañía sueca Volvo Cars, entre otras, adquirida en 2010 por el empresario chino Li Shufu en 1800 millones de dólares, también propietario de Geely, y desde entonces su crecimiento ha sido incontenible.
La industria automotriz china tuvo un gran desarrollo con la creación de marcas propias con muy buena reputación. Entre las marcas que impactaron el mercado se encuentran: Chery, Brilliant, Lifan, Jac, Geely, Great Wall, BYD, Foton, JCM y Haima, por mencionar algunas de las que han entregado vehículos de gran autonomía con estándares similares a los automóviles europeos y americanos, pero con un precio al alcance de más usuarios.
Y es que la dinámica China se parece mucho al interior de las grandes empresas. La opinión de Claudio F. González sobre estos asuntos es que: “las grandes empresas son sistemas superjerárquicos que suelen argumentar hacia afuera que el libre mercado es lo mejor, que la competencia es lo mejor, que las reglas son malas, que las limitaciones son dañinas, pero hacia dentro el que se mueve no sale en la foto. China va en esa dirección. Podría decirse que es el modelo Amazón donde todo esta medido y planificado”.
En resumen, una gran inversión en comunicación y marketing, el uso inteligente de las herramientas digitales, la gestión de la cadena de suministro y apoyado por una política exitosa de gobierno las empresas chinas, lentas pero sin descanso, comenzaron a destacarse de las grandes marcas extranjeras en ofertas de variedad de productos con calidad.
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Este escenario nos propone una perspectiva diferente sobre el imaginario de los productos chinos. Profesionalización, calidad en la cadena de valor, planificación y orientación al éxito.
Pero, en el país de las porcelanas, la pólvora, el chop suei… no todo brilla, ni es blanco o negro, en la complejidad de los matices está el asunto. Como en todos los países que producen los hay de buena calidad, media y mala. El secreto de saber comprar y vender productos “hechos por china”, sea para el desarrollo de marcas propia -Brandware-, es encontrar los buenos productores y conocer su cultura y forma de negociación.
Fuentes:
Spotify, Poscast Thing Thank Made by China: el ascenso de las marcas chinas.