Creatividad, cultura y estrategia. Una mirada a la relación de la empresa tradicional con el sector creativo y cultural.

“Las historias nacen del lugar que no conocemos y no hemos ido antes…” Belén Torregrosa.

Nos soñamos un mundo en el que la creatividad y la cultura estén presentes en cada instante de nuestras vidas, con esto, estamos seguros de que lograremos mayores estados de bienestar, mejores reacciones frente a condiciones adversas, más sonrisas y más sorpresas.

En el caso de las empresas tradicionales hoy podemos asegurarles que, al abrir la puerta a la creatividad y la cultura encontrarán un universo de posibilidades y formas para conectar con los públicos, para hacer de su cultura organizacional un espacio inolvidable, para generar valor social, para posicionarse, diferenciarse, innovar y por qué no, para tener mayor rentabilidad.

Históricamente la relación de estos dos sectores ha estado mediada por prácticas de mecenazgo, patrocinio, responsabilidad social empresarial y en algunos casos de pago por servicios para fiestas o rituales. Ni hablar de la distancia de las Mipymes frente al tema creativo y cultural asociado a la creencia de que no son necesarias porque no responden al core del negocio, o implican altas inversiones.

Tanto el crecimiento de las manifestaciones creativas y culturales, como la aparición de la conversación de las Economías Creativas y la necesidad latente de las empresas de generar valor social, entre otros factores, hacen que hoy sea posible pensar en un ejercicio de resignificación de esta relación.

Vivimos un presente en el que es posible sentar a la mesa a creadores y empresarios (con creadores nos referimos a organizaciones del sector creativo y cultural, empresarios, emprendedores) para diseñar proyectos, intercambiar servicios y construir juntos soluciones que acompañarán a las empresas en su transformación, que les permitirán resolver preguntas y construir posiciones cercanas a la sociedad. “Pareciera que las expresiones artísticas no saben de discriminación, están ricas de diversidad e inclusión” dijeron desde la Fundación Sura.

¿Se imaginan entonces el poder de la creatividad y la cultura en la estrategia de una organización? ¿Se imaginan un momento en el que, al igual que en otros temas de la vida cotidiana, podamos dejar de diferenciar de un lado y del otro, y la cultura y la creatividad vuelvan a ser un tema esencial y natural, inherente a cada expresión humana? Lograríamos además el anhelado sueño de sostenibilidad en el ejercicio creativo.

Mientras esto pasa, estamos convencidos que podemos acompañar en la reflexión y diseñar acciones de acercamiento. Inauguramos un grupo de estudio y tuvimos nuestro segundo mercado empresarial ELPAUER en Bodega/Comfama.

El sector creativo y cultural todavía puede crecer en estructuración, reconocimiento de su impacto y diversificación de su portafolio, y la empresa tradicional puede comenzar por refrescar sus modelos de contratación, abrir la puerta a soluciones inesperadas, y juntos atrevernos a hacer cosas por primera vez, a construir historias mientras exploramos lugares desconocidos que traerán grandes sorpresas.