"Crisis de emergencia en la salud mental de los jóvenes: la colaboración como respuesta necesaria"

En el #DiaMundialdelaSaludMental, debemos detenernos a reflexionar sobre la realidad que enfrentan nuestros jóvenes. Los desafíos de los estudiantes universitarios han evolucionado rápidamente, dejando huella en su bienestar mental. A la presión académica y las expectativas sociales y familiares de siempre, se añaden ahora factores como la incertidumbre sobre el futuro, el impacto de las redes sociales y las secuelas de la pandemia. Esta inédita combinación está generando una crisis sin precedentes, una que no podemos seguir ignorando o relativizando.

Un panorama alarmante: el peso de la crisis

La situación es clara: cada vez más estudiantes en España están mostrando signos graves de problemas de salud mental.

Según datos recientes, el suicidio es ya la primera causa de muerte no natural entre los jóvenes de 15 a 29 años en España, con 345 casos en 2022 (INE).

Trescientos-cuarenta-y-cinco chicos y chicas que no encontraron una razón para seguir.

Aproximadamente el 25% de los jóvenes entre 15 y 29 años consume psicofármacos (FAD Juventud y Mutua Madrileña), otra cifra alarmante que subraya la urgencia de actuar.

Y según varios estudios recientes (Frontiers), se extrae que entre un 45 y un 50% de los jóvenes que abandonan sus estudios universitarios lo hacen debido a problemas relacionados con el agotamiento, el estrés y la ansiedad. 

Es fundamental reconocer que muchos jóvenes llegan a la universidad con problemas de salud mental ya presentes desde etapas anteriores, cuyos datos y diagnósticos también están empeorando.

Las #universidades deben fortalecer sus programas de apoyo, no solo por el bien de los estudiantes actuales, sino también para aquellos que llegarán en los próximos años. De hecho, este mismo grupo de jóvenes son los futuros profesionales que ingresarán en el mercado laboral, lo que significa que las #empresas también deben formar parte activa de la solución, colaborando en iniciativas que promuevan la salud mental.

Demos ejemplo desde el mundo académico y empresarial, y demostremos la empatía, la capacidad de adaptación y ágil respuesta, y la actitud colaborativa, que tanto reclamamos a los y las jóvenes para poder integrarse en un mundo laboral cambiante, exigente, complejo.

Factores adicionales que agravan la situación 

Es cierto que algunos podrían relativizar los problemas actuales de los jóvenes, argumentando que la presión académica y las dificultades sociales han existido siempre. Sin embargo, lo que no se suele considerar es la acumulación de factores adicionales que enfrenta la juventud hoy en día: los rápidos cambios -sociales, culturales, tecnológicos-, la constante comparación en redes sociales, y, por supuesto, el impacto de la pandemia. Estos factores han amplificado los desafíos tradicionales, creando un entorno más complejo, incierto y difícil de gestionar psicológica y emocionalmente para las nuevas generaciones.

No todo son malas noticias: avances recientes en salud mental 

A pesar de este escenario desalentador, también hay motivos para el optimismo.

En 2021, Estados Unidos declaró oficialmente una crisis nacional de salud mental en los jóvenes universitarios, y tres años más tarde, ya se empiezan a ver resultados positivos. Según un estudio reciente, el porcentaje de estudiantes universitarios que sufren síntomas de depresión ha disminuido en los últimos dos años, y los niveles de bienestar emocional están en aumento. Aunque los retos continúan, este es un indicio alentador de que las medidas urgentes están comenzando a tener impacto. 

Del mismo modo, University Business ha informado de cómo las universidades han mejorado sus sistemas de asesoramiento en salud mental, lo que ha permitido reducir los niveles de estrés y ansiedad en los estudiantes. Estas iniciativas incluyen programas de intervención temprana y una mayor capacitación para los profesores y el personal, lo que les permite detectar signos de alerta con mayor eficacia.

Finalmente, un informe en formato video señala que, aunque aún queda mucho por hacer, la concienciación sobre la salud mental ha crecido, y se está logrando un cambio cultural donde la ayuda y el apoyo ya no se ven como estigmas, sino como herramientas necesarias para la vida diaria.

Si hay una conclusión firme, un elemento común, en los casos de éxito de estrategias para mejorar parámetros de salud mental en entornos educativos parece ser el desarrollo de un verdadero ecosistema de apoyo dónde todos los agentes implicados colaboran en la implementación de programas de apoyo interdisciplinares, multifactoriales y persistentes.

Un compromiso compartido: universidades y empresas deben actuar ahora

El camino hacia una solución sostenible pasa por una colaboración activa entre universidades, empresas y expertos en salud mental. Es fundamental y urgente ofrecer apoyo psicológico inmediato a los estudiantes, pero también preparar a los futuros profesionales con recursos, habilidades emocionales y resiliencia en la búsqueda de su propósito vital e identidad personal y profesional. Las empresas, por su parte, deben estar dispuestas a colaborar con las instituciones educativas para asegurarse de que sus futuros empleados lleguen preparados, no solo a nivel técnico, sino también en términos de salud mental y bienestar emocional.

Affor Health: nacidos para ser parte de la solución

En @AfforHealth, estamos comprometidos con esta causa y sabemos que no podemos hacerlo solos. Por eso, ofrecemos nuestro apoyo a cualquier entidad educativa, empresa u organización que quiera trabajar codo a codo para mejorar la salud mental de los jóvenes (y por supuesto los no tan jóvenes).

Aquí estamos, listos para actuar, para colaborar, comprometidos con el cambio.

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