¿Cuánto ha avanzado la Gestión del Riesgo de Desastres en 50 años en Colombia?

Ahora se llama Gestión del Riesgo de Desastres. Ya hay normativas y más consciencia, una Dirección Nacional y direcciones territoriales para el tema, pero en general mucho más concentradas en la atención de los desastres que en su gestión, mitigación y prevención.

Tenemos muchos y muy buenos diagnósticos técnicos de los riesgos, pero seguimos respondiendo a los mismos desastres que no prevenimos.

Se desarrollaron normas y protocolos para planes de ordenamiento territorial, licencias de construcción, códigos de construcción sismo resistente, para reducir el riesgo eléctrico, de gobernanza y en otras áreas, pero se siguen cayendo edificios solos, sin que tiemble o haya incendios o huracanes, porque sus constructores no respetan los códigos ni las autoridades los obligan a a respetarlos. Se siguen ocupando territorios vulnerables ante las amenazas que ya diagnosticamos, se continúan levantando y vendiendo construcciones inseguras y sin licencia, y grandes obras de infraestructura "respetan las normas" pero en el papel: en la realidad siguen siendo muy vulnerables, y provocando daños y pérdidas más allá de lo aceptable.

Tenemos bastantes y muy meritorios programas académicos y todo tipo de eventos de gran calidad, pero la prensa, la mayor parte de la sociedad y hasta del Estado siguen hablando de "desastres naturales".

Continuamos culpando a los políticos por no gestionar los riesgos y a las comunidades de no acatar las acciones de mitigación, prevención y preparativos, sin asumir que a los primeros no se les ruega sino que se les obliga desde la veeduría con dientes y la exigibilidad de derechos, y a las segundas hay que educarlas más allá de los simulacros, y reclutarlas en la causa vinculando esa causa con la protección y el mejoramiento de sus medios de vida.

Hemos tenido y tenemos formidables expertos en una amplia diversidad de sectores y posiciones de iderazgo en la GRD, pero la corrupción, la politiquería y la incapacidad técnica de muchos gobernantes y responsables técnicos en todos los niveles del Estado siguen siendo parte importante de nuestras vulnerabilidades.

Algo hemos logrado, sin duda. Pero muy poco para tanto tiempo, tantas pérdidas, tantos conocimientos, tantos recursos y tanta gente involucrada.