¿Cuánto vale una foto?
Últimamente he estado reflexionando sobre cuánto vale una foto. Tengo algunas cosas claras, como que no somos nosotros (los fotógrafos) quienes decidimos su valor.
Con cierta frecuencia recibo peticiones para comprar alguna de mis fotos. Bastantes, diría yo, considerando que no me dedico a hacer fotos de gatitos ni de paisajes idílicos.
Estas solicitudes siempre comienzan con la pregunta de cortesía: ¿cuál es tu tarifa? Seguidamente, y claramente escandalizados, me dicen: "Eso está totalmente fuera de mercado". Existen diferentes métodos para hacer un cálculo aproximado de cuánto podemos pedir por nuestras imágenes, como Getty Image Calculator, FotoQuote Pro, Photoshelter, etc. La industria decide cuánto vale tu trabajo basándose en el uso que se le dará, dependiendo del soporte, si será digital o impreso, y del tamaño en el que se mostrará. No se basa en la dificultad, riesgo o pericia que supuso haber conseguido tal o cual imagen.
Estas son las reglas del mercado, que a mí, personalmente, me enfadan bastante, pero que he aprendido a sobrellevar. Hoy en día, me puedo permitir el lujo de mandar al carajo a quien quiera, por importante que crean ser, si no me interesa su oferta. Lo he hecho en múltiples ocasiones y no pueden imaginarse la satisfacción que produce hacerlo e imaginar la cara del editor de ese medio cuando le dices: ¡no me interesa, chao!
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Solamente hay dos maneras en las que alguien puede hacerse con mis imágenes, y esto es lo que recomiendo a todos mis compañeros y compañeras del gremio audiovisual. La primera es el dinero. No trabajo por dinero; si ese fuera mi objetivo, no me habría dedicado a la fotografía. Hay maneras mucho más sencillas y que requieren menos riesgo y conocimientos para ganar dinero de verdad. Pero, obviamente, el dinero lo necesito para vivir en la sociedad que hemos montado.
La segunda razón es reputacional. Este es otro tipo de beneficio que, a la larga, acabará por convertirse también en dinero. Me explico: como algunos saben, llevo unos años publicando en National Geographic. NatGeo paga muy bien, esto es cierto. Pero no es como trabajar en otros medios, donde puedes producir decenas de historias al año. El estándar es muy alto y la competencia con tus compañeros es de locura. Todos esos increíbles fotógrafos están produciendo historias tremendas alrededor de todo el planeta, así que te puedes considerar un verdadero afortunado si eres capaz de publicar una sola historia al año. Vamos a soñar; supongamos que fueras uno de los elegidos y lo consiguieras, publicar cada año una historia en el rectángulo amarillo. Pues bien, si vives en cualquier país occidental, no podrás mantener tus gastos anuales con un solo encargo. Necesitas otros ingresos sí o sí, pero cuando trabajas para alguien como National Geographic, GEO o NYT, tienes la marca de tu lado.
A mí me proporciona más beneficios económicos trabajar para National Geographic que el dinero que me proporciona la revista directamente. Las empresas me llaman porque quieren que un fotógrafo de NatGeo les haga las fotos, para dar charlas, participar en mesas redondas, vender obra, y realizar workshops.
Mi consejo es que no valoren a sus clientes solo por lo que les proporcionan directamente, sino por lo que significa tenerlos en nuestra cartera a largo plazo. Pongo un ejemplo que tal vez enfadará a muchos: si a mí me llamara la Casa Real para hacer un retrato familiar y me dijeran que no me van a pagar, aceptaría seguro. ¿Qué harían ustedes?
Directora de Comunicación en Ashotel
6 mesesInteresante análisis, Arturo. Tu trabajo te ha costado poder rechazar propuestas, pero con lo de la Casa Real no estoy de acuerdo. Entiendo la parte reputacional de un trabajo para esa institución, y podría entender quizá que lo hicieras gratis, pero solo una vez. Esa institución que pagamos todos, por otro lado, puede pagar perfectamente tu trabajo y así recuperas algo de lo que tú les pagas a ellos con tus impuestos 🤪