Cuéntame la historia...
Hola, ¿por qué crees que no avanzas o que sigues haciendo lo mismo muchas veces aunque no quieras? ¿Por qué es tan difícil hacer cambios?
A mí esto me frustra sobremanera, me cae mal, me pone de malas, me desespera, me da coraje.
Sobretodo porque casi siempre caigo de nuevo en lo mismo, hasta un martes, que estoy en una llamada de zoom con Wayne Pernell o Dr. P de Dynamic Leader.
La verdad es que no tenía planeado entrar a la llamada, se me había olvidado, pero al final dije a ver qué, estoy en pants, sin bañar con la cámara apagada, y está hablando de la importancia de las historias que nos contamos.
Y entonces dice que está escribiendo un nuevo libro acerca de eso y obviamente tengo que preguntarle.
Llega el momento de las preguntas y respuestas, con toda la pena de estar en la facha, levanto la mano y le pregunto ¿por qué nos contamos historias? y sobretodo ¿cómo podemos cambiarlas para que no nos estorben?
Y me responde, las historias están ahí para hacernos sentir seguros, que ese es su único objetivo y que la forma de superarlas es encontrar la razón, por la cual nos hacen sentir seguros y construir una nueva certeza o sensación de seguridad.
En ese momento pienso en mi amiga Esther, en el episodio en el que platico con ella le pregunto, ¿qué historia te estás contando que no te deja iniciar tu negocio de Spanish Fun Program?
Me contesta, que voy a tener que cancelar las clases por la nieve…
Y nos carcajeamos, porque si lo escuchas así, no tiene el menor sentido, no empezar un negocio por la posibilidad de nieve.
Pero si lo piensas desde otro punto de vista, todo queda claro, ella es mexicana y se mudó a Boston y por supuesto que la nieve era algo nuevo para ella y muy probablemente en su cabeza, la primera vez que vio la nieve pensó, no salgas de tu casa, no es seguro…
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Y ahí se quedó, esa idea, esa historia, ese estado de seguridad, ¿podrías culparla o criticarla por eso? En ningún momento ¿cierto?
Pero qué pasa cuando quiere iniciar algo, lanzar algo, crear algo, de inmediato salta esta sensación de no, es inseguro, como la nieve y entonces mejor no…
¿Te ha pasado algo así? ¿Lo has sentido? Que quieres algo y de inmediato la sensación es de miedo, terror y pánico o a lo mejor sólo de no, mejor no y no tienes ni idea por qué…
Ahí es justo dónde tienes que poner atención, escarbarle, ver qué historia te estás contando… y no descartarla por más absurda, simple o ilógica que parezca, porque esos son los pequeños frenos que nos desvían o nos sacan del carril.
Como una pequeña piedra en una pista de carreras, puede ser mortal.
Y siguiendo la recomendación de Dr. P, no trates de convencerte de que lo que piensas es absurdo, mejor busca una nueva forma de sentir seguridad.
En el ejemplo de Esther, ella eligió pensar en las otras clases que sí podía dar cuando no estuviera nevando, en lugar de concentrarse sólo en ¿y qué tal que nadie viene por la nieve? Y sí, si me preguntas, su programa de enseñanza de Español es muy exitoso.
Ahora, te invito a pensar un poco en algo que quieras hacer y que por alguna razón no logras avanzar y pregúntate ¿qué estoy pensando al respecto?
Y por favor, no descartes de inmediato la respuesta, así suene muy absurda, ahí está la historia que te estás contando y que te está estorbando.
Si este artículo te gustó y no has leído el de qué historia me estoy contando, búscalo, tiene mucha información sobre el tema.
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