¿Cuán eficiente es nuestro sistema de representación?
Democracia, demos-kratos “El poder en la gente”. Se sustenta en el principio de que el poder del gobierno debería recaer en la población de una país, y el mismo se ejerce de forma directa o normalmente a través de representantes, sin embargo este ejercicio del poder requiere educación para ser efectivo.
No se puede hablar de democracia sin establecer una relación directa con la educación, porque el ejercicio central del poder democrático está en la elección de representantes a través del voto. Si no entiendo claramente que implica darle mi voto a Antauro Humala, Keiko Fujimori, El Frepap o Julio Guzmán ¿Estoy votando verdaderamente? ¿Estoy ejerciendo mis derechos?
Cuando decido darle mi voto a un partido político para que me represente y no entiendo las implicancias directas e indirectas, o cuando no entiendo cuál es la agenda de este partido, o qué es lo que quiere lograr para la nación y cuáles son sus intereses particulares, puedo, con mucha facilidad estar siendo manipulado. Mientras la población en general no posea este nivel de educación integral que lo capacite a tomar decisiones, está absolutamente predispuesto a tomarlas de forma aleatoria.
¿A quién beneficia este panorama?
No beneficia directamente a nadie (solo a los embaucadores). En terminos generales, una población preparada de forma precaria es más vulnerable a la manipulación y presenta múltiples desventajas, como una menor oferta de mano de obra calificada, o el hecho de que es más difícil venderle productos o servicios sofisticados; esto último lo vemos con claridad en relación a la digitalización y adquisición de nuevas tecnologías, sin embargo la verdadera pregunta no es esa, sino ¿Quién se ve menos perjudicado y en tal sentido no tiene un interés activo en impulsar un cambio para bien en el status quo?
Esta realidad no se circunscribe específicamente al Perú, sino a la mayoría de naciones en el mundo, en las que se tiene tres sectores principales: Un porcentaje pequeño de la población que tiene educación y además ostenta el poder de facto (a través de bienes o posición social), un segundo porcentaje un poco más amplio que tiene educación también (el más educado de los tres sectores normalmente) y ostenta poder democrático, por último un tercer sector que tiene poca educación y ostenta nominalmente mayor poder democrático (más votos) pero es fácilmente manipulado/inspirado por los otros dos sectores.
Lo que nos permite las siguientes conclusiones:
1) El sistema actual es ineficiente en el ambito de representación. No hablamos al respecto porque aquellos que tienen la capacidad de entender esta perspectiva no se sienten afectados por la misma, pues son lo suficientemente educados para expresar sus puntos de vista y ser correctamente representados en los poderes del estado, mientras que los menos educados están mucho más preocupados en trabajar y vivir el dia a dia, sin entender cómo diferenciar un buen gobierno de uno malo al no poder determinar con claridad cómo las decisiones de estado los afectan directamente, favoreciendo gobiernos populistas, que crean una aparente sensación de representación e implementan políticas cortoplacistas que al largo plazo perjudican a la población.
2) No todos los votos tienen la misma capacidad representativa, no puede ser así en la medida en la que no parten de las mismas condiciones para la toma de decisiones. Si voy a un restaurante y la carta está en un idioma que no puedo entender, haciendo imposible mi discernimiento, es claro que no ordenare verdaderamente lo que quiero comer (al menos que acierte al azar), eso pasa cada vez que votamos, sin haber formado previamente la capacidad de discernimiento y la base teórica necesaria para elegir gobernantes.
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3) La evolución en la forma de gobierno y ejercicio del poder es necesaria, ya que las falencias de este arquetipo se hacen evidentes a nivel global, sin embargo queda claro que lo que necesitamos es evolución, y no cambiar a otras ideologías obsoletas. La estructura que tenemos actualmente es funcional en muchos sentidos pero requiere correcciones. Pensar en modelos rígidos, inamovibles y perpetuos es casi impensable en nuestra era, sin embargo, en este aspecto nos manejamos así.
4) Esta evolución podría provenir de la clase media que tiene la mayor capacidad técnica. Probablemente cuando la mayoría de altos cargos ejecutivos en el estado estén ocupados por millennials, quienes, debido a la digitalización, manejan estructuras organizativas muy diferentes y mucho más eficientes que las jerárquicas piramidales que existen en los estados.
En la medida en la que la democracia no logre esta reingeniería y perfeccione su capacidad para representar a todos de forma adecuada, estaremos expuestos a movimientos como el que estalló en Chile a finales de octubre del 2019, o como lo que sucedió cuando Trump perdió su reelección en EEUU.
Modelos como el de China continental parecen atractivos, por su capacidad para ejecutar, controlar y mantener el orden, sin embargo esto llega con un costo alto en libertad. La única forma de mantener nuestra libertad en el largo plazo sin exponernos a panoramas inestables y turbulentos es lograr que la democracia mejore su capacidad para tomar decisiones e incremente su eficiencia, ya que es natural buscar liderazgos radicales a ambos lados del espectro (como AMLO o Bolsonaro) cuando el establishment político de deslegitima.
Parte de esta mejora puede venir de las metodologías ágiles, desarrolladas en el mundo de las Startups de tecnología de Silicon Valley, donde se toman decisiones rápidas y se logran en semanas con presupuestos reducidos objetivos que normalmente tomarían meses y necesitan de amplios recursos.
Pero la innovación en general requiere de confianza y colaboración, estos principios así mismo no pueden impartirse como una orden. No le puedes decir a un grupo de personas que cooperen y confíen entre ellos solo porque sí, normalmente esto requiere de tiempo, la confianza se construye.
Por eso creo que la democracia tiene que reestructurarse con mucho mayor énfasis en la educación integral, la formación ética y cívica, así como la innovación. Estas tres columnas o ejes se nutren y empoderan una a la otra: No se puede innovar si no se confía, porque innovar implica asumir riesgos, en tanto que mantener principios éticos comunes favorece la identificación generando el contexto adecuado.
Si bien apuntamos a metodologías complejas del mundo de la tecnología todo comienza con la educación integral.