Cuando el Dolor Habla… De la novela {Limonero} Ehab Soltan
A veces, sin advertirlo, herimos a las personas más cercanas a nosotros. Como sombras en una danza, nuestras palabras insensatas resuenan en el corazón de quienes nos rodean. A veces, en nuestro afán por proteger nuestras heridas, dejamos caer un velo sobre la comprensión y la empatía. Es en esos momentos de dolor cuando nuestra voz toma el papel de un puñal, y sin querer, nuestras palabras se convierten en heridas que hieren a quienes nos escuchan. A menudo, decimos cosas que no son dignas, como si nuestra propia herida fuera una maldición que nos ciega a todo lo bueno y bello que nos rodea. Las cicatrices invisibles que llevamos en nuestro interior pueden hacer que nuestras acciones sean erráticas, y los latigazos del pasado resuenan en el presente. Pero, en medio de este vendaval de emociones y palabras imprudentes, es importante recordar que el perdón, el entendimiento y el amor pueden sanar incluso las heridas más profundas. A medida que naveguemos por las aguas tumultuosas de nuestras propias emociones, debemos ser conscientes de que nuestras palabras tienen el poder de transformar y sanar. El acto de ser conscientes de cómo nuestras palabras afectan a los demás es el primer paso para ser arquitectos de la compasión y la empatía en lugar de instrumentos de destrucción. La vida está llena de altibajos, y todos cometemos errores en el camino. Pero en esos momentos oscuros, recordemos que nuestras palabras pueden ser el bálsamo que alivia, la luz que guía y el abrazo que conforta #ehabsoltan #limonero