Cuando esto pase...
Espero haberme permitido sentir el miedo de contagiarme y que este miedo me haya permitido encontrar tranquilidad en el confinamiento y la cuarentena para mi y mi familia.
Que este miedo me haya permitido conectarme con mi coraje para no paralizarme ante las circunstancias y transformar mi empresa, mis negocios y mi trabajo para impulsar el futuro que sueño para mis hijos, papás y mi vida de viejito con mi pareja.
Espero haberme permitido sentir la duda y la incertidumbre acerca de la veracidad de la existencia de la pandemia, de lo que será el futuro y lo normal después que el virus haya perdido su poder de infectar y matar cuerpos y/o mentes.
Y que esta duda e incertidumbre me hayan permitido conectarme con mi fe, y mi capacidad para liderar, para producir resultados, para producir el futuro de mi visión, aun cuando no estoy seguro acerca de lo que va a pasar o como se van a desenvolver las situaciones presentes.
Espero haberme permitido sentir la rabia que me da ver cómo la gente sale a las calles sin cuidarse, arriesgándonos a contagiarnos masivamente y a saturar el hospitales con un pico de contagios inmanejable por nuestro sistema de salud.
Espero que esta rabia me haya conectado con mi capacidad para influir y dialogar, para invitar y seducir a la cooperación y el cuidado mutuo, con mi capacidad para crear y moverme aun en los momentos mas inciertos y difíciles.
Espero que mientras todo esto va sucediendo, mi familia, la que está confinada conmigo, no tenga que padecer mi existencia, mi intolerancia, mi rudeza, el lado más oscuro de mi y que cuando esto pase podamos decir: fue un tiempo de aprendizaje desde donde creamos este mundo mejor.
Espero que cuando esto pase no me esté preguntando ¿y ahora qué?
Sé que cuando este pase, estaré viviendo el resultado de lo que hice o dejé de hacer, mientras esto pasaba.