Cuando la carga emocional se vuelve insostenible: El poder de tomar acción.

He llegado a un punto en mi vida donde seguir así se ha vuelto emocionalmente insostenible. Me siento sin energía y desmotivada, y me doy cuenta de que aquello que solía inspirarme ya no surte efecto. Sé que no es que los temas que me interesaban hayan perdido relevancia; más bien, hay factores psicoemocionales no resueltos que están afectando mi bienestar. A veces, la vida nos enfrenta con desafíos internos tan complejos que nos sentimos atrapados, pero sé que reconocer este estado es el primer paso para salir de él.

Reconozco que no puedo enfrentar esto sola. Necesito ayuda profesional, y estoy decidida a buscar terapia. Pero mientras tanto, sé que hay pequeñas acciones que puedo tomar para empezar a desmarañar mis pensamientos y encontrar de nuevo mi inspiración.

En este proceso, he aprendido la importancia de reconectar conmigo misma. Estas son algunas prácticas que estoy integrando para aliviar esta sensación de desesperanza, y que también pueden servirte si te encuentras en una situación similar:

1. Escritura terapéutica: Dedicar unos minutos al día a escribir libremente sobre lo que siento me ha permitido desahogar pensamientos que a veces parecen no tener salida. No se trata de escribir bien o mal, sino de expresar sin filtros lo que hay en mi interior. Esta práctica me ayuda a organizar mis emociones y verlas desde una nueva perspectiva.
2. Salir a tomar un paseo al aire libre o tener contacto con la naturaleza: Dar una caminata al aire libre, sentir el aire fresco y conectarme con la naturaleza me ayuda a despejar la mente y a recordar la belleza que existe fuera de mi propia situación. A veces, un cambio de escenario puede ser todo lo que necesitamos para cambiar nuestra perspectiva.
3. Invertir tiempo de calidad con mi hijo: Dedicar tiempo a jugar y disfrutar momentos con mi hijo sin pensar en el futuro, que a menudo se siente tan incierto, me permite estar presente en el aquí y el ahora. Estos momentos de conexión son una fuente de alegría y me recuerdan lo que es realmente importante.
4. Cocinar, limpiar y reorganizar mis espacios: Encontrar consuelo en actividades simples como cocinar y en el proceso de limpiar y reorganizar mis espacios me ayuda a desconectar de las preocupaciones diarias. Estas acciones no solo aportan un sentido de orden y control a mi entorno, sino que también actúan como una forma de autoterapia, permitiéndome organizar mis ideas y proyectos personales mientras pongo en orden mi espacio físico.
5. Conexión con otros: Hablar con personas de confianza sobre cómo me siento, o incluso leer sobre las experiencias de otros que han pasado por situaciones similares, me hace sentir menos sola. Conectar con una comunidad de apoyo, ya sea en línea o en persona, puede ser una fuente invaluable de fortaleza y comprensión.

Tengo un hijo de 8 años que, sin saberlo, ha cargado con el peso de mi voluntad de seguir adelante. Me doy cuenta de que es injusto atribuirle una carga emocional tan grande, por muy invisible que sea. No quiero huir de mi vida, aunque a veces lo sienta así. No quiero dejar de vivir; quiero encontrar un nuevo camino.

Estoy tratando de poner en práctica todo lo que sé, aplicando las teorías que manejo y que sé que funcionan. Pero también reconozco que hay momentos en los que se necesita algo más. Aceptar que no siempre tengo todas las respuestas ha sido liberador. En mi libro ¿Quién soy hoy?, hablo sobre cómo las emociones subyacentes influyen en nuestras creencias y comportamientos. Al entender estas emociones, podemos comenzar a sanar y reconectar con nuestra esencia.

La infelicidad se puede experimentar de muchas maneras, y sé que no estoy sola en sentirme así. Hay personas que enfrentan desafíos aún mayores, y no estoy aquí para compararme, sino para reconocer mi verdad y la de los demás. Entiendo que el mundo puede ser injusto y abrumador, pero también sé que cada pequeño paso hacia el autoconocimiento y la conexión emocional puede hacernos más fuertes.

Te animo a que, si te sientes atrapado o sin esperanza, consideres algunas de estas prácticas. No estás solo, y no tienes que enfrentar tus desafíos en solitario. Pedir ayuda es un acto de coraje, y cada pequeño paso cuenta en el camino hacia una vida más plena y satisfactoria.

Estoy aquí para acompañarte en este viaje. No importa cuán oscuro parezca, siempre hay una luz en el camino.

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