Cuando la ley no es más que la trampa y el trampeo

Tengo la sensación de que nunca hemos dedicado tanto espacio a discutir las leyes como ahora. La cantidad de artículos, tertulias y noticias generadas por la creación de nuevas leyes y decretos ley en estos tiempos me resulta inaudita.

El circo de la semana pasada con la ley del “sólo sí es sí” ha superado ya todas mis peores expectativas. Y los trampeos de esta semana para poder aprobar la ley presupuestaria, “Europeizando” la sedición por ley a cambio de un apoyo, y legislando nuevos impuestos para bancos y "los ricos" a cambio de otro, me dicen que todas estas leyes nacen ya politizadas. ¿Qué separación de poderes es esta?

Legislando desde la debilidad

Pero claro, si lo pienso un poco, ¿por qué este gobierno lanza tantas leyes y decretos ley? La respuesta es muy sencilla: es el gobierno más debilitado que hemos tenido desde la transición. Pensemos en cómo se creó: la llaman la “mayoría Frankenstein”. Nuestras expresiones populares resumen cómo sentimos a este gobierno, como algo medio muerto y necesitado de revitalización.

Luego al pobre le han caído una cantidad de dramas difíciles de llevar para cualquier gobierno. Pandemia, volcanes e incendios, crisis energética, guerra, y ahora recesión de caballo. A perro sarnoso todo son pulgas.

Ahora bien, si reconociese su debilidad y montase su estrategia desde ahí, sería mucho más creíble. Tendría más fuerza en su discurso. No sé, quizás podría lograr trabajar mejor con la oposición – la cual, evidentemente, también ha estado bastante perdida en estos tiempos -, o tirar de la sociedad civil para conseguir hacer las cosas.

Cuando dejas que tu incompetencia rompa precisamente aquello que dices defender.

Pero no. Estos gobernantes tiran de leyes para conseguir cualquier avance. Todo son leyes y decretos ley. Como si el hecho de aprobar una ley dejase un legado a su nombre. Como si no fuese igual de fácil derogar esa ley en gobiernos futuros. Como si sacar una ley les hiciese parecer más influyentes, les diese más credibilidad o más peso específico. Como si legislar les otorgase el liderazgo que no saben encarnar ellos solitos.

El extremo más tragicómico de este auto-engaño nos lo ha dado la ministra de igualdad, la cual, al ver el estropicio generado se ha dedicado a acusar de machistas a todo un colectivo de profesionales sólidos con formación, experiencia y credibilidad internacional. El nivel de insultos proferidos por toda su formación política ha llegado a un nivel nunca visto en la breve historia de nuestra querida democracia. Como ciudadana de a pie, me deja francamente perpleja escuchar las cosas que se atreven a decir en público.

Ojo. No es la única que se comporta como un niño pequeño dando una pataleta porque no consigue hacer funcionar las herramientas de los mayores. Trump, Putin, Elon Musk y otra larga lista de “líderes” actuales hacen exactamente lo mismo: tapan su incompetencia – su falta de liderazgo real - con insultos, teorías conspiratorias y el calentamiento de masas anónimas de personas que no entienden nada de lo que les están pidiendo que apoyen rabiosamente.  

Pero bueno, esta es mi interpretación personal del panorama. Cada cual es libre de formarse la suya.

Liderazgo en serio

Lo que sí me parece terreno común es cómo todo este revuelo nos induce a una reflexión crítica sobre lo que es liderazgo en serio. El liderazgo bien entrenado no se apoya en recursos externos, sino en uno mismo. Es su mirada, su discurso, su forma de enfrentar los problemas, su capacidad para ser ecuánime y justo con todos, y por supuesto su capacidad de auto-crítica y aprendizaje basado en los errores cometidos.

Es algo que las culturas antiguas e indígenas tenían mucho más claro que nosotros. Vuelvo siempre a este referente antiguo porque sólo en la total ausencia de medios y de muros de protección en la que vivían nuestros ancestros remotos podemos ver lo que es liderazgo de verdad. El liderazgo en serio se da necesariamente cuando te juegas el pescuezo cada momento de cada día.

Los mitos y leyendas de estas culturas apelan a esa fuerza interior que emana de la persona y que la capacita para liderar a las demás. El mito de Excalibur, por ejemplo. Sólo alguien con esas cualidades especiales podía sacar la espada de la piedra. O las piedras rituales para el nombramiento de reyes en Inglaterra e Irlanda. Quien pisaba esa piedra sentía la enormidad de la responsabilidad que asumía y crujía o se mostraba digno de asumirla.

Hill of Tara: liderazgo Celta

En Irlanda, la tierra de mi madre, coronaron a 142 Altos Reyes de Irlanda en el Monte de Tara. Mi logo emula los surcos dibujados por este pasado sobre la colina. Está pintado como si fuesen dedos humanos pintando sobre una pared de cueva. Todos esos hombres y mujeres antiguos que ya no conocemos son mis referentes y me han ayudado a entender, junto con los animales salvajes, lo que es el liderazgo en serio.

Este título honorífico Irlandés se otorgaba al rey tribal que superase las pruebas y rituales diseñadas por druidas para demostrar sus cualidades de liderazgo insitu, en vivo, delante de todos. De ahí que el monte esté lleno de huesos de caballo, puesto que la capacidad del Alto Rey para comulgar con la Diosa Yegua, llamada Epona y fuente de la abundancia, era crítica para tener buenas cosechas y prosperidad bajo su mando.

Y claro, en estas pruebas físicas entre adversarios, o frente a grandes peligros, es donde las emociones traicionaban a los incompetentes. Sólo los tipos bien curtidos, serenos y templados, y con auténtica maestría de sus habilidades, se demostraban capaces de superar esas pruebas.

Salvando las distancias, el coaching con caballos es un espejo súper efectivo para desarrollar habilidades de liderazgo por el mismo motivo: porque el directivo se traiciona a sí mismo delante de un animal de 500 kgs. de peso al que no puede manipular con palabros estratégicos y rollos sofisticados de pisa-moquetas.

las emociones traicionan a los incompetentes

Y es que, igual que el político sin liderazgo se inventa leyes para lograr algo, el directivo de empresa sin liderazgo se inventa procedimientos y proyectos desde su debilidad: lanzo un proyecto de digitalización opuesto al que quiere lanzar el director financiero porque no me da la gana aceptar sus ideas. Él lanza el suyo.

La pirámide de personas que nos siguen se pisan los unos a los otros, se ocultan información, se manipulan mutuamente y se dejan la piel en reuniones interminables sin avances. Aunque nadie lo quiera aceptar, el verdadero objetivo perseguido no es digitalizar la empresa, sino demostrar que somos mejores que nuestros adversarios.

Mi conclusión es siempre la misma. Quienes me seguís debéis estar hartos de leerme escribir siempre lo mismo: POR FAVOR HAGAN MÁS COACHING. Cuanta más responsabilidad tenga un directivo o un político, más crítico y urgente es que entrene sus cualidades de liderazgo en serio. No se conforme con una charlita motivacional, que nadie puede cambiarles a ustedes. Tienen que cambiarse a sí mismos.

No sólo es urgente para que dejen de romper nuestro orden democrático y cargarse toda independencia judicial. Sino que cuanto antes se sienten a reconocer sus áreas de incompetencia, antes empezarán a disfrutar del reto de aprender y superarse a uno mismo en cualidades profundamente humanas. Antes lograrán ese respeto de los demás que tanto codician.

El verdadero liderazgo es libertador

El liderazgo en serio practica lo que predica. Es ejemplo de justicia en cada palabra. Es referente de inclusión y respeto con cada mirada. Y lo más importante: es libertador por definición. Deja libertad a cada seguidor para que aporte su talento a la estructura común, con toda la riqueza de su personalidad única e irrepetible.

¿No es libertad lo que dicen defender? Aplíquense el cuento a sí mismos por favor. Este es el verdadero progreso que todos necesitamos.