Cuando la movilidad ya no es opcional: 3 pilares para una fuerza laboral remota efectiva
Las emergencias como los desastres naturales o las alertas sanitarias como la que estamos viviendo ahora con el COVID-19, exigen formas de pensar y operar nuevas, particularmente en la forma en que trabajamos. Se requiere que las empresas establezcan rápidamente modelos flexibles y la habilitación de tecnologías para que los empleados utilicen, desde sus hogares, las tecnologías, dispositivos y aplicaciones de su elección al mismo tiempo que se garantiza la seguridad de los datos críticos.
Sin duda, lo ideal es que ya hubieras hecho esta transformación paulatinamente, de forma planificada y de acuerdo a las necesidades de tu negocio. Pero si eres un líder que debes hacerlo ahora de forma forzosa para poder seguir operando, es importante que tomes en cuenta que los múltiples riesgos que implica permitir el teletrabajo sin contar con un proveedor tecnológico que les brinde las herramientas adecuadas como acceso limitado a la información y aplicaciones, uso de redes inseguras, posible pérdida de datos críticos de negocio, entre otros.
Entonces, ¿cuál es el potencial de éxito del modelo de teletrabajo? Debes tomar en cuenta tres pilares clave para poder tomar las mejores decisiones en esta situación imprevista: FLEXIBILIDAD, CONTROL Y EXPERIENCIA, con un enfoque a buscar ser funcional a largo plazo. En relación a la flexibilidad, me refiero a que las tecnologías adecuadas deben permitir sin importar el lugar o el dispositivo (sea corporativo o personal), entregar la información y las aplicaciones que necesitan las personas para hacer su trabajo. Otro punto clave es el control que debe de tener TI en todo momento para garantizar las políticas de seguridad de la información, sabiendo siempre quién accede a qué y habilitando o restringiendo accesos. El tercer pilar es la experiencia de usuario. Resulta crucial en momentos de crisis, que las empresas garanticen una óptima experiencia en el teletrabajo. Debes considerar que la vida de cualquier empleado implica loggearse en múltiples aplicaciones, perder un 20% del tiempo en buscar la información que necesitamos para trabajar, completar POs, autorizar pagos, entre otros y seguir procesos internos repetitivos. De hecho, se calcula que sufrimos 1100 interrupciones al día o cada dos minutos. En este contexto, la implementación de tecnologías que ponen a las personas y sus necesidades en el centro de la escena pueden ayudarte a que tus colaboradores mejoren la interacción con esas actividades que no son foco y puedan concentrarse en las tareas de valor.
Por último, es importante también asumir que la creación de una fuerza laboral móvil y segura es un trabajo que va desde el CEO hasta todas las gerencias. Requiere de tecnologías sí pero también de priorizar, observar, pero sobre todo de poner a las personas en un rol protagónico tomando decisiones donde el objetivo sea impulsarlos, darles lo mejor. Con ello, la productividad y la continuidad del negocio vendrán de la mano de una fuerza laboral inspirada, motivada y comprometida.