Cuando tu voz son los hechos

En la era de la comunicación, si es que alguna no lo ha sido, descubrimos lo importante a diario que es saber comunicar tus ideas y tu imagen.

Y parece que olvidamos que si alguna comunicación debería ser poderosa, es la de los hechos. Predicar con el ejemplo, es una frase excelente pero puede que solo contenga parte de este mensaje pues habla de transmitir una enseñanza, y en este artículo me refiero a transmitir no solo una enseñanza sino tu propia marca e imagen personal.

Tal y cómo hables marcará qué buen comercial de ti mismo o de tu marca seas,en cambio, cómo actúes dirá directamente cómo y quién eres.

Escuchar y juzgar es un proceso rápido y cómodo, y desde luego no hay que despreciar que dicha imagen creada en la oratoria condiciona a nuestro cerebro para actuar alineadamente con lo que oímos. En cambio, esperar, analizar y descubrir lo que una persona es capaz de hacer supone un esfuerzo y a veces enterrar tu primer prejuicio y esto es algo que no todo el mundo está dispuesto a hacer.

Cuando trabajas con equipos humanos, un discurso potente mantiene y dirige al grupo en una dirección bien alineada aunque su influencia dura poco sin hechos.

En cambio, un esfuerzo, un compromiso y una disposición positiva lleva a un respeto del grupo. Normalmente, los hechos sin un canal de comunicación, conllevan a pensar que no se es capaz de transmitir, en cambio, creo que actuar como se es, es la mejor manera de transmitir tu propio mensaje.