Cuida tu información, ¡no caigas en el phishing!

Hoy más que nunca es importante cuidar nuestra información, ante los casos cada vez más frecuentes de estafas o fraudes.

 Una de las modalidades más usadas para realizar estos delitos es el phishing, técnica mediante la cual los ciberdelincuentes obtienen información personal y financiera para luego hacer uso de esos datos y realizar cargos, transferencias y disposición de los recursos de sus víctimas.

Fingiendo ser parte de un comercio o institución financiera, el atacante engaña a las víctimas para obtener usuarios, contraseñas, credenciales de acceso y números de tarjetas de crédito o débito. Y por lo general lo hacen a través de canales muy comunes como:

• Correos electrónicos.
• Mensajes de texto (SMS).
• Redes Sociales.
• Anuncios en sitios web o apps.
• Servicios de mensajería como Whatsapp.

Aunque se ha hablado mucho de este tipo de fraudes y podríamos decir que cada vez estamos más alerta al respecto, ¿por qué el phishing sigue funcionando?

El phishing funciona por dos elementos principales. Por un lado, se construyen elementos visuales con mensajes, formatos y hasta logotipos casi idénticos a los de la marca o institución que están suplantando. Por el otro, transmiten miedo o preocupación a las víctimas, con frases que alientan el sentido de urgencia o “prevención”. Esto les lleva a ingresar a sitios que capturan su información confidencial. El phishing es tan sofisticado que, incluso, las direcciones web que utilizan los delincuentes son muy similares a las auténticas, solo diferenciadas por mínimos detalles.

Hay que reconocer que cualquiera de nosotros puede ser víctima de phishing, porque es un verdadero arte del engaño. Entonces, ¿cómo podemos prevenirnos para no ser víctimas? Les comparto algunas recomendaciones:

• Verificar cuidadosamente los sitios web que visitamos, así como el origen de los correos que recibimos.
• Revisar que estamos ingresando a sitios web seguros (revisa que siempre que inicien con https://).
• Analizar la redacción de los correos o mensajes; los mensajes fraudulentos por lo general tienen errores ortográficos.
• Las entidades confiables (instituciones o comercios formales) no solicitan datos confidenciales mediante SMS o e-mail; por ejemplo, tu usuario, número de teléfono, contraseña o número de cuenta.
• Evitar abrir enlaces sospechosos o mensajes inesperados, más aun aquellos que quieren generar un sentido de urgencia.
• Mantener actualizados y cifrados tus dispositivos.
• En caso de dudas sobre un mensaje, consulta directamente los canales de comunicación oficiales de las empresas.

¡La ciberseguridad es tarea de todos! Comparte con familiares y amigos estas recomendaciones y disfruta de forma segura los productos financieros y digitales.