Cuidado con el empleado indispensable
¿Quién no conoce a algún empleado indispensable (llamémosle Juan), el que sabe de todo en la empresa? Si hay un problema, hay que llamar a Juancito, ¿quién sino él va a salvarnos de la ira de los clientes? ¿Qué pasaría si Juancito se fuera (o lo despidieran)? ¿Se desmorona todo? Para nada. El show continúa. Habrá una o dos semanas de quejas por parte de los clientes, compañeros que tienen que reemplazarlo... y después todo vuelve a la normalidad.
Entonces, ¿por qué confiamos tanto en Juancito? ¿Por qué hay que esperarlo para tomar decisiones?
El problema con los expertos
¿Cómo se hizo experto Juancito? Haciendo una tarea específica, con el tiempo fue perfeccionándola hasta que pudo dominarla. Ahora cuando hay que hacer esa tarea, no hay tiempo para enseñar a los demás, que lo haga él. Pasan varios meses, y el único que conoce el tema es Juan, ahora especialista. Cada vez que hay que terminar esa actividad, llamamos al único que sabe, y se repite el recorrido por el círculo vicioso.
Si por cada solución referida a su especialidad tenemos que esperarlo (aunque esté de vacaciones) para tomar decisiones importantes, Juan se ha transformado en un cuello de botella para nuestro flujo de trabajo: es indispensable. Como no podemos mover un dedo sin que Juancito lo apruebe, o lo revise, o nos diga qué hacer, perdemos mucho tiempo en esperas, éste es un costo que no podemos darnos el lujo de asumir.
Es un problema grave para todo el proyecto depender de una sola persona, incluso para Juancito, porque cuando se aburra de hacer lo mismo o quiera crecer en su plan de carrera y pida cambiar de posición es probable que no lo dejen por ser el único que conoce, y no le quede más remedio que renunciar.
Conozco historias en que un día el especialista se levanta, va a la oficina y ya no lo necesitan, porque la tecnología con la que trabajaba quedó obsoleta. Tantos años haciendo lo mismo no le sirven como experiencia en un nuevo trabajo, ya está viejo y cansado; él también quedó atrás con su expertise.
En todos los casos, el error es pensar que Juancito es el único que puede resolverlo todo, que los demás no saben nada; y lo que es peor, que nunca se va a ir.
Acabo de descubrir que soy Juancito/a
Genial, estás a tiempo de cambiar. ¿Qué te gustaría aprender/hacer si no estuvieras en este puesto de experto? Hacé tu plan de carrera, hablá con tu jefe para averiguar si en la compañía podés continuarlo y cuáles son las alternativas. Cuanto antes comenzá a enseñar a los demás en el equipo, para que haya alguien que pueda tomar tu puesto si surgen oportunidades.
Soy el jefe de Juancito/a
Si un manager quiere tener un proyecto estable, debe seguir esta simple máxima: si un programador es indispensable, deshazte de él lo más rápido posible. Gerald Weinberg
Robert Townsend daba la misma sugerencia: despídelo. Claro que hablaba en sentido figurativo. Indicaba hacer un plan de enseñanza para sus compañeros y aprendizaje nuevas habilidades para el experto.
En agilismo intentamos que todas las personas de la organización compartan el conocimiento lo más extensivamente posible, que sean expertos T: especialistas y conocedores profundos de un tema en particular, y saber sobre dos tópicos extra al menos, con los cuales puedan ayudar al resto en caso de necesitarlo.
Podemos ir rotando tareas entre los miembros del equipo para saber cómo funciona el todo a nivel general, y en detalle una o dos áreas particulares.
Otra opción es trabajar de a pares: un experto con otro compañero. Johanna Rothman comenta que en los casos en que los indispensables no quieren trabajar de a pares, ha enviado a estas personas a otro proyecto, logrando que el equipo solo trabaje en conjunto para solucionar los problemas; demostrando que en algunos casos el especialista genera cuellos de botella que retrasan al equipo, sin necesidad. Los miembros del equipo se dan cuenta que pueden aprender y lo hacen rápidamente.
En conclusión, prestemos atención a esta situación. ¿O estamos tan ocupados para cambiar que dependemos de un Juancito o un viejo método de trabajo que no es realmente eficiente, y nos limitamos a la posibilidad de crecer como organización, como equipo, y compartir conocimiento?
Disclaimer: Con esto no quiero decir que los expertos no sirvan, ni que sean responsables de haber tomado la decisión de transformarse en indispensables. Generalmente es algo que "pasa" y nos damos cuenta tarde.
Comparte con todas las personas de tu organización!
Sports Director at LAMA Football Academy (China) · Graduated in Science of Sports · Head Football Coach · PhD Researcher
5 añosHola, Los expertos (indispensables) son muy útiles a las empresas cuando realmente trabajan en conjunto, respetando la filosofía, valores y estructura de la empresa, y tienen muy presente la comunicación como base del progreso y trabajo. Creo en la capacidad de mejorar a partir de escuchar a tod@s los implicados, pero hay dos palabras clave: EQUIPO & IMPLICADOS. ¡GRACIAS!