Cuidado con la DELEGACIÓN al revés

¿Delegar poder y tomar decisiones es bueno para la organización?..... Depende.

Si el Líder delega en sus subordinados; la motivación y la productividad aumentan.

¿Pero qué es lo que ocurre cuando es el subordinado es quien delega en el Jefe????

Su trabajo como Líder lo tiene estresado. El tiempo no le alcanza. Anda en reunión en reunión, sin tiempo para avanzar sus pendientes. Finalmente, revisa los pendientes acumulados por semanas, cuando un subordinado le dice: “Tengo los presupuestos de los locales para el lanzamiento del producto ¿Cuál escogemos?”. Desganado, le responde: “Déjalos, los revisaré”.

Otro subordinado se queja del tesorero que “no paga las comisiones a los vendedores”. Lo visita otro subordinado quejándose por la lentitud del computador. Finalmente, entra el nuevo practicante para que le revise su carta de reclamo al proveedor y usted responde una vez más: “Déjamela que la revisaré”. Ahora su bandeja de pendientes creció junto con su estrés y su dolor de cabeza.

William Onceen describió este problema en el artículo “¿Quién tiene los monos?”, publicado en el “Harvard Bussiness Review. Él definía un “mono” como una tarea que el subordinado puede desarrollar solo, pero que delega al jefe. En el caso anterior, vimos cómo los subordinados depositaban sus “monos” en la oficina de su Jefe.

¿Por qué aceptamos esos “monos”? Muchos líderes piensan que su función principal es resolver los problemas de su área, cuando su verdadero papel es desarrollar a sus subordinados para que ellos resuelvan sus problemas. Otro motivo por el cual algunos líderes se llenan de “monos” es porque les gusta sentirse importantes, indispensables y necesarios. Si sus subordinados les consultan, sienten poder y este es como una droga difícil de dejar, más aun si le falta poder interno; es decir, AUTOESTIMA.

Cuando el líder acepta “monos”, se convierte en un corcho de botella; sus subordinados presionan como burbujas persuadiéndolo para que les resuelva sus problemas y continuar con su trabajo. El subordinado quiere avanzar su trabajo, pero como el líder tiene el siguiente paso, le es imposible. Esto supone una presión enorme sobre el Líder-corcho que puede hacerlo volar y sucumbir por estrés.

El pasar los “monos” al líder demora el trabajo de los subordinados. Pero se obtiene otros beneficios: al delegar la responsabilidad, tienen a quien culpar por las demoras o si el trabajo no sale bien.

¿Cómo arreglar el problema?

Cambiando primero los esquemas mentales del líder; tiene que dejar de visualizarse como héroe -salvador del equipo, quien decide y resuelve los problemas. Debe entender y comprender que será mejor líder cuando sus subordinados se lideren solos.

Frecuentemente el subordinado deja sus “monos” al líder por problemas con otras áreas de la organización. En estos casos, simplemente devuélvela el “mono” y pídale que arregle el problema y que recurra como última alternativa.

Para evitar los “monos”, defina por anticipado con sus subordinados qué actividades o funciones deberán decidir solos, sin consultarle. Trace un plan de desarrollo y entrenamiento por subordinado, para otorgarles cada vez más capacidad de trabajar por su cuenta; esto se llama ser autogestionario; si logramos esto; nos permitirá tener a futuro cuadros de reemplazo que conozcan nuestros sistemas y métodos.

Se cuenta que un maestro tenía un discípulo que lo veneraba. El discípulo era dependiente del maestro, todo le consultaba y estaba convencido de que era la encarnación de Dios. Un día el discípulo le pregunto: “¿Maestro, para qué vino al mundo?”   El maestro contestó: “para enseñarle a necios como tú a que no hay que perder el tiempo rindiendo culto a sus maestros”.

Sigamos el consejo y hagamos que nuestros subordinados dejen de buscarnos como maestros y hallen su propio maestro interior. Les aseguro que al encontrarlo, tendremos mayores y mejores resultados mutuos tanto económicos como profesionales.