Cuidarse hoy, vivir mejor mañana
¿Vivir intensamente hoy sabiendo que mañana podría morir, o ser más cauteloso y posponer la gratificación inmediata para un futuro mejor?
Cuando somos jóvenes, sentimos que nuestro cuerpo puede con todo.
Una noche sin dormir y al día siguiente jugar al fútbol: no pasa nada, ¡igual rindo!
Dos noches seguidas de fiesta: no pasa nada, ¡me levanto sin problema!
¿Doble entrenamiento a máxima intensidad por un largo tiempo? No pasa nada, mi cuerpo lo soporta bien.
Pero, ¿qué sucede a medida que el tiempo pasa? El cuerpo no tiene el mismo aguante, y lo que hicimos en nuestra juventud tendrá un gran impacto en nuestra salud cuando seamos mayores.
Hoy quiero invitarte a reflexionar sobre cuánto estás cuidando tu salud hoy, para preservar el regalo de la salud en el mañana. Es crucial que, desde temprana edad, tomemos conciencia del impacto de una buena alimentación, la actividad física y el control del estrés. Cuando somos jóvenes, no solemos ser conscientes de lo importante que es cuidarnos para desarrollar una buena musculatura para la vejez. Pensamos en el ahora, en lo inmediato, y sentimos que la vida es infinita. Comer mal, fumar y ser sedentario no parece tener consecuencias inmediatas, pero el impacto a largo plazo es significativo. ¿Sabes quién lo notará y te lo recriminará? Tu yo de 80 años.
¿Acaso sabes lo importante que es tener músculo? No por un fin estético, el músculo ¡es salud! A medida que vamos envejeciendo vamos perdiendo músculo, y si no trabajamos en generarlo cuando podemos se nos hace luego un camino cuesta arriba.
Nunca es tarde para empezar a hacer actividad física e implementar mejores hábitos, pero hay edades cruciales. Personalmente considero que los 20 's son una edad clave para formar hábitos que nos acompañarán el resto de la vida si lo hacemos bien. Con el tiempo, las personas suelen volverse menos flexibles y más perezosas. Lo que no se hizo en juventud es difícil adoptarlo más tarde, aunque no imposible. Cuanto antes empieces, mejor para ti.
Cuando menciono cuidarse, no solo me refiero a la actividad física, son muchas aristas las que se pueden mencionar. En primer lugar, así como la falta de ejercicio físico será muy dañina, el exceso de actividad también lo es. Las lesiones se arrastran y al cuerpo le va costando más curarse de ciertas “nanas”. Es importante saber frenar y escuchar al cuerpo. NO NOS ACOSTUMBREMOS A CONVIVIR CON DOLORES. Conozco a muchas personas que normalizan dolores de muñecas, codos, hombros, rodilla pero esto no está bien. Tarde o temprano ese dolor te quita calidad de vida. FRENÁ y recuperate!
En segundo lugar, cuidar nuestra salud también implica ser conscientes de nuestro estado emocional. Es fundamental reconocer y gestionar nuestras emociones para evitar consecuencias negativas para nuestra salud.
¿Te reconoces en un estado de ira?
¿Te reconoces cuando estás estresado? ¿triste?
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¿Te reconoces cansado? ¿en estado de burnout?
Es importante reconocerlo para lograr activar acciones de cuidado hacia nosotros mismos y que no termine en cuadros graves como depresión, ansiedad severa, dolores intestinales, problemas digestivos, cuadros gripales, y más.
No caigamos en la solución rápida de los fármacos, que suelen tener efectos secundarios. La solución definitiva radica en tus hábitos y en cuánto te cuidas.
Cuidarnos es muchas veces posponer una gratificación inmediata por un bien mayor a futuro, decirle que no a ese exceso de comida chatarra para una mejor salud, para un mejor estado físico. Decirle que no a la cabeza cuando quiere faltar al gimnasio y quedarse mirando Netflix. Decirle que no a ese amigo que sabes te drena la energía para cuidar tu propia energía. Decir que NO también es cuidarnos.
Debería ser una obligación cuidar de nuestra salud cuando somos jóvenes, no solo por nosotros, que es lo más importante, también por quienes nos rodean. Para alivianarles la vida, todos sabemos que las personas enfermas requieren de atención y en general nuestros seres queridos sacrifican de su propio tiempo por el cuidado nuestro. Intentemos liberar a las personas de tener que cuidarnos y eso ¿cómo lo hacemos? cuidándonos nosotros mismos.
Vivamos con el equilibrio suficiente de disfrutar el presente sin preocuparnos demasiado por el mañana, pero también cuidar nuestro presente, pensando en el futuro. Es contradictorio, lo sé, pero tiene lógica.
Si después de leer esto reconoces que podrías cuidarte más, te invito a tomar acción. Añade movimiento, frutas, verduras, bebe más agua, cuídate del sol, libera tensiones, cortá esa relación que solo te hace daño, dejá de fumar, dormí más horas, o suma cualquier actividad que vos sientas te da salud y años de vida.
Por último te dejo un ejercicio para que hagas:
Cierra los ojos y visualiza cómo te gustaría estar a nivel de salud mental y física en 1, 15 y 40 años.
¿Crees que los hábitos que tienes hoy te acercan a esas versiones de ti mismo que imaginaste? Si la respuesta es no, ya sabes lo que tienes que hacer…
Cuídate hoy para vivir mejor mañana.