¿Dónde está la madre del cordero?

¿Cómo reaccionaríamos si en los noticieros de Tv se informara que, desde junio del pasado , todos los días en nuestro país hay un accidente aéreo con más de 100 víctimas fatales?

Esta pregunta, aunque no literal, la planteó un periodista hace un tiempo atrás para graficar lo impactante que le resultaba conocer el número de fallecidos por día producto del Covid19. Sin embargo, parece que más allá de plantear su analogía, todo sigue igual: fiestas, incumplimiento de normas, uso de permisos ideológicamente falsos y no se aprecia, por parte de muchos, reacción alguna ante tamaña tragedia. Seguimos observando cómo algunos levantan propuestas mientras otros las desacreditan; unos y otros pugnan por el poder político; si se dijo la verdad o no frente a la llegada de la nueva cepa al país; si Chile juega o no con Brasil en los cuartos de final de la Copa, etc, etc, sin que los medios y las autoridades, además de enviar condolencias a las familias de los fallecidos, den señales potentes de cómo deberíamos enfrentar esta tragedia si realmente nos sentimos integrantes de una comunidad nacional sólida, más allá del patrioterismo que aflora cuando se gana un partido de fútbol.

¿Qué nos pasó como sociedad, como p? ¿ Nos hemos acostumbrado a escuchar que fallecen más de 100 conciudadanos todos los días por Covid y lo hemos normalizado? ¿Qué hay del dolor de las familias que pierden a un ser querido?¿Basta con las condolencias?

"¿Dónde está la madre del cordero"?. Esa sería la pregunta que se haría un campesino del sur ante tamaño "descalabro empático". Y la respuesta no se haría esperar, producto de su sabiduría popular: "en la formación de los chiquillos pos gancho".

Si en la familia y en la escuela, consciente o no de los resultados, hemos propiciado, favorecido y resaltado lo individual por lo colectivo; la competencia por la colaboración; el egoísmo por la solidaridad; la prepotencia por la humildad, siguiendo el pensar campesino, "no le pidamos peras al olmo".

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