DATAecCENTRIC
Mas madera, que diría Groucho Marx. El dato se ha convertido en una suerte de nueva estirpe real, todos le rendimos pleitesía. Los datos han existido siempre, pero tomaron relevancia, no cuando se supo que hacer con ellos -eso siempre se ha sabido-, sino cuando se ha tenido la capacidad de manipularse de forma eficiente y eficaz. En una analogía con algunas de las “nuevas” tecnologías, no es que sean de reciente invención, simplemente ahora se cuenta con los medios necesarios.
¿Que es peor?, disponer de pocos datos o de muchos datos. Atendiendo al refrán; “más vale que sobre que no que falte”, lo primero es peor, aunque lo segundo no tiene por qué ser mejor per se. Si el apelotonamiento de datos se ha ido produciendo con un mínimo de orden y gestión, el segundo escenario es más prometedor. Ahora bien, si no es el caso; no tener datos es obviamente perjudicial pero no conocer de que datos se dispone es completamente nefasto. Porque crea la falsa sensación de tener algo que en realidad no se tiene, tan solo es un intento de apuesta.
Según el informe ‘The Data Paradox’, elaborado por Dell Tecnologies, el 63% de las empresas españolas afirma que “los datos son un elemento vital de su organización”, a pesar de que solo el 25% trata los datos como un elemento capital y prioriza su uso dentro de la organización.
Hoy día toda empresa quiere ser una Data-Driven Company. No se puede negar que la analítica de datos se ha democratizado, los datos son el nuevo “el dorado” pero al igual que sucedió con las expediciones de Nuñez de Balboa, no están a salvo de retos, desafíos y sublevaciones. El nuevo oro negro está al alcance de grandes y pequeñas, a pesar de que tener no es sinónimo de poder y aunque sea una afirmación de Perogrullo no se va a poder sin tener, evidentemente.
El principal problema del exceso de datos es la gestión de los mismos. Otra conclusión extraída del informe de Dell es que el 61% de las compañías españolas afirman estar sobrepasadas ante el tratamiento de la información, mientras que el 59% considera que cuenta con un exceso de datos tan grande que los hace ingobernables. Muchas empresas creen estar basando su negocio en los datos, pero no lo están haciendo realmente. O bien no tienen la capacidad y las herramientas tecnológicas adecuadas o bien no saben realmente qué datos son los importantes. Esto es debido principalmente a que el dato aislado carece de sentido si no forma parte de un contexto. La razón de ser de los datos es la necesidad de dar respuestas a preguntas, en resumen, convertirse en información antes de ser conocimiento. El camino inverso, desde el dato llegar a las preguntas correctas a través de las cuales plantear objetivos plausibles, resulta un camino doloroso e infructuoso en la mayoría de las ocasiones, si no se conoce el contexto resulta más un acto de fe que un ejercicio eficaz.
Tanto si se tiene poco dato, como mucho dato, es necesario remangarse en ambos terrenos. Teniendo poco, quizás se intuya que el esfuerzo de catalogación de lo existente es menor, pero tiene la trampa de tener que hacer un mayor esfuerzo en plantear el catálogo que anticipe el futuro para que no entre en conflicto con el presente.
El otro escenario que se plantea es el opuesto y en el cual se dispone de cantidades ingentes de datos, que tan solo la mera intención de ponerse manos a la obra ya requiere de mucha valentía, paciencia y tesón. Además en este desafortunado o afortunado caso -según se mire- se suele tender a pensar que las herramientas harán lo que no se ha querido hacer. Crassus Errare. Que sean de gran ayuda al descubrimiento de lo que se tiene, no hay lugar a dudas, pero que intuyan para que los queremos ya es otro cantar. La IA esta muy avanzada, pero por el momento no alcanza el nivel IGA o su versión mitológica del Oráculo de Delfos, quizás estén más próximas a la Bruja Lola.
Un apunte al respecto del uso de IA; en ocasiones se plantea que haciendo sus conjuros es capaz de responder a todo tipo de preguntas, y en realidad es una verdad a medias, posiblemente basada en el hype. La IA, puede hacer eso y mucho más, y quizás se encuentre un caso de uso en la comunidad que encaje con la búsqueda de respuestas que se estén buscando, pero debido a la diversidad genética de las empresas es altamente improbable -que no imposible- que esto se materialice. La imprecisión en la suma de ambos hype, datos e IA, es un quebradero de cabeza. Ambos campos en sí mismos son retadores y habilitadores, y juntos multiplican exponencialmente la capacitación. Pero se ha de ser consciente de que no es magia, es un trabajo arduo y laborioso.
El fin último del apilamiento de datos es que estén disponibles para aquellas áreas de la compañía que los necesiten y las decisiones a tomar estén lo más informadas posible.
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El hacer uso de una suite o servicio gestionado no evita el trabajo a hacer, la caracterización de los datos, se hace abajo o se hace arriba, pero se tiene que hacer, más de lo mismo sucede con la gobernanza. Las suites y servicios permiten crear la falsa sensación de orden y limpieza, pero en realidad nada distinto de lo que ya se disponga. Una magnifica alfombra persa, que en ocasiones apenas tiene la posibilidad de ocultar unos maltrechos cimientos que crujen a medida que se pisa sobre ellos.
Por suerte, entraron los guest starring en escena, CDO’s CSO’s DPD’s, pero la simple imposición de manos no resuelve ninguno de los desafíos que supone la catalogación, manipulación, procesamiento y publicación de los datos. La verticalidad con la que en ocasiones se tratan los datos, es un problema, siempre tienen un propietario, habitualmente aquel dominio donde se generan. Para este será ‘CORE’, hasta aquí nada nuevo bajo el sol, es decir, se tendrán varios propietarios dependiendo del dominio donde florezcan. Lo de ser propietario no va de hacerse un “Golum”, se tienen responsabilidades como por ejemplo su categorización y publicación. La suerte de disponer de un CDO diligente, que es una figura transversal cuyo ‘CORE’ para su goce y disfrute es todo. Se precisa de una estrecha colaboración entre todos los productores de datos y esta omnipresente figura del CDO.
Como abordar el acceso es otro caballo de batalla, en esta escena es hora de lucirse del CSO, el punto de partida como en toda buena estrategia de seguridad que se precie, las más restrictiva, siempre. Ahora bien, el cerrojazo es tan solo la tabla rasa para disponer de un entorno controlado. Tan importante o más a parte del quien puede es el quien no debe, aquí ya depende del nivel de paranoia por el que se esté afectado, pero siendo restrictivos quien no deba, no podrá. Y “solo” queda ir dando las llaves del reino de los datos a los afortunados.
Y esta amalgama de responsabilidades son el medio para conseguir el fin, VALOR. Para obtenerlo es necesario articular el gobierno del dato, esto no debe tratarse como una simple interpretación de la gestión, sino que abarca la calidad, seguridad y confianza desde una visión global que está compuesta por las diferentes visiones locales de los departamentos que suministran los datos. Esa visión global vela por el ciclo de vida del dato asegurando el consenso dentro de la organización
Nadie puede solventar el problema organizativo de los datos, por arte de magia, si no se está en la pomada. La analítica en nada se parece a la brujería, aunque las artes de los profesionales de esto pudiesen parecer conjuros. Nadie puede conocer que le duele a un negocio sin hablar con él, para posteriormente realizar un exhaustivo análisis con sus consiguientes preguntas adecuadas. Suena a proceso lento y tedioso, y no está muy lejos de la realidad, pero es lo que sucede cuando se deja para mañana lo que se debe hacer hoy. Sin olvidar el que se quiere ser de mayor, se pueden disponer de petabytes de datos o zetta, que a la postre no podrán asfaltar el camino a emprender. Un comportamiento indeseado ante la encrucijada de que vale y que no, suele ser: guarda guarda que alguien decidirá. Cual vertedero. Esta acción solo demuestra que se puede almacenar, pero con qué fin, de hecho se desvían recursos y presupuesto que podrían ser más valiosos dedicados a lo importante. Si bien es cierto que esa toma de decisiones no es trivial, y requiere de un plan, como en casi todas las facetas de los negocios.
Una contradicción que se encuentra en las empresas que quieren ser data-X, generalizar es injusto, es que no estén dispuestas a invertir en las ingratas y poco reconocidas tareas previas, pero completamente necesarias, cuando estas suponen alrededor de un 70% del trabajo. Tomar conciencia del valor añadido de este apartado es en lo primero que se debe trabajar.
El problema de no hacer los deberes, desencadenara una serie de “problemillas”; silo, duplicidad, desconocimiento, calidad, incoherencia, difusión, propiedad. Estos son tan solo los titulares, y cuando se declinan estallan en multitud de tareas necesarias.
Los datos son una mina, pero al igual que sucede en la minería tradicional, además de los pingües beneficios que se pueden obtener, también tiene sus riesgos; físicos, psíquicos, ergonómicos, intoxicaciones y desprendimientos incluidos.
Consultor Digital Business | Preventa de proyectos digitales: Machine Learning, Data Analytics, UX, CRO, DevOps
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