De Col Arquitectos, la continuidad de un estilo

Pese a haber afrontado la pérdida del fundador y diseñador principal de De Col Arquitectos, el Taller sigue adelante con los proyectos que quedaron inconclusos y ahora también con nuevos encargos.

Diego A. Martínez-Vargas Sánchez, Arquitecto de la Universidad Nacional Federico Villarreal, trabajó junto a José De Col  durante ocho años, siendo durante los últimos tres Jefe del Taller.

¿Qué significa continuar la obra de un arquitecto después de su partida? ¿Qué supone concluir el trabajo de un arquitecto cuya forma de proyectar se hacía tan particular que llamaba poderosamente la atención? Aunque José De Col falleció el 11 de julio del 2013, varios de sus proyectos (algunos en planos y otros en obra) han seguido trabajándose manteniendo su presencia a pesar de ya no estar aquí para guiar su desarrollo.

Quedar a cargo de uno de los talleres con mayor producción del país de una forma tan súbita fue una gran responsabilidad, una situación impensada y que gracias al equipo que había formado Titi se pudo continuar. Al inicio nos llevó la inercia, todo paso tan rápido que no nos dio tiempo para pensar en nada más que seguir, todo se fundió en una mezcla de lealtad y cariño hacia el trabajo de Titi, ese trabajo que habíamos compartido durante años y que poco a poco nos fue dejando para ver proyectos cada vez más grandes…

Lo que también nos motivó para continuar ha sido el gran sentido de responsabilidad hacia nuestros clientes,  los cuales habían depositado su confianza en el Taller y nosotros no podíamos dejarlos de lado con proyectos inconclusos u obras sin supervisión; gracias al esfuerzo de este último año se han recibido nuevos encargos los cuales reflejan un estilo que fue adoptado y reinterpretado desde nuestro punto de vista, manteniendo un lenguaje similar, natural y cálido propio de la arquitectura que como Taller siempre nos caracterizó.

Esta arquitectura que se basa en la fluidez de los espacios, en la continuidad lógica de los materiales, en una jerarquización volumétrica de la forma y en una sensibilidad propia del proyectista que al estar en sintonía con el lugar donde se va a diseñar, con las personas que lo van a usar, con el fin que se le quiere dar y en general con todas las condicionantes propias que cada proyecto puede plasmar, primero en papel y luego con los materiales, una propuesta consecuente, responsable y única que satisfaga de igual manera tanto al cliente como al arquitecto que en cada trazo deja algo de si para convertirse en algo de otro; esta arquitectura vivible, confortable y armoniosa es la que seguimos buscando en cada nuevo reto que se nos plantea.

Estamos trabajando para mantener vigente nuestra propuesta de diseño desde un Taller que tuvo en José De Col y en su obra claros ejemplos de que se puede mostrar una arquitectura propia con elementos característicos y representativos del lugar donde cada proyecto se encuentre. Una arquitectura que fluye.