¿DEBO CAMBIAR DE EMPLEO?
Pregunta que me hacen mucho.
Casi a diario en mis conversaciones con amigos, conocidos o contactos de esta red suele salir esta pregunta.
Incluso cuando estaba en la empresa ocurría.
Diálogo típico.
Antonio ¿puedo pasar a tu despacho?
Sí, claro. ¿En qué te puedo ayudar?
Hay confianza ¿verdad?
Por supuesto.
Ya sabes que no estoy pasando por un buen momento anímico. Tengo problemas con mi jefe, ya sabes cómo es.
Sí, lo sé.
No me encuentro, creo que no me escuchan, hasta a veces tengo enfrentamientos con la gente. Nunca me había ocurrido.
¿Tú qué opinas? ¿Debería marcharme?
Y yo escuchaba.
Y ahora lo mismo.
Curioso.
O no.
Una baja motivación se percibe continuamente.
Y eso conlleva frustración y desasosiego emocional.
Nuestros intereses cambian.
Ahora.
¿Sabes distinguir entre un mal momento emocional por un mal resultado, por ejemplo, de una necesidad de cambio de aires?
Vamos, de buscar un nuevo reto profesional.
Después de tantos años he visto que algunas señales se repiten.
Reflexiona si alguna de ellas está en tus pensamientos.
Un día empiezas a sentir que la compañía va cambiando. Ya no es lo que era. O por lo menos es tu percepción.
Hay decisiones que no comprendes.
Y si hay reorganización ya es la leche.
Tu confianza disminuye y no te involucras como deberías hacerlo.
Te empieza a rondar la cabeza que ese no es tu sitio.
Antes eras imprescindible y ahora nadie se acuerda de ti ni para tomar la decisión de donde tomar el aperitivo.
Esos proyectos que aparecían y te eran asignados son para otros.
Creías que podrías tener una mejora salarial o de puesto y nada de nada.
Hasta empiezan a haber tensión en las reuniones.
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Vamos, que te come el cansancio, el estrés, la ansiedad y el agotamiento,
Y encima te cambia el humor, estás más susceptible y a la primera saltas.
Y tú no eras así.
Te llegan proyectos que no te apetece hacer.
Tu ambición se dirige hacia otros sectores, puestos, localizaciones, etc.
Y si pasa el tiempo será más complicado el cambio.
Necesitas aire.
Ya lo has hecho todo y precisas retos nuevos.
Aprender.
Interactuar con nuevos profesionales.
Cuantas veces tengo entrevistas con profesionales, y que aunque están locos por volar, hay algo que les ata a su actual puesto de trabajo.
Llámalo como quieras, pero su apego no les hace ponerse en acción.
Y lo peor.
Que a veces es tarde.
Y escuchas la famosa frase:
Me tenía que haber marchado antes.
Pues.
Hay despidos.
Compra de empresas.
Nuevos superiores a los que no les encajan esos empleados “de toda la vida”.
Si crees que estás preparado ponte en marcha.
Por ti mismo.
Tienes un valor, muéstralo.
Todos precisamos trabajar en aquello que nos mueva por dentro, que haga que la emoción de la alegría prevalezca sobre el miedo, la ira, el asco, la tristeza y la sorpresa.
Ponte a buscar.
No pares.
Busca avanzar.
No te conformes.
Y si lo necesitas apóyate en profesionales.
Mira.
Estaré encantado de tener una reunión con las diez primeras personas a los que esta newsletter les haya hecho reflexionar.
Ya sabes dónde estoy.