Define tu objetivo, define tu estrategia, y hazlo tuyo.

Define tu objetivo, define tu estrategia, y hazlo tuyo. Si cada vez que pienses en ese objetivo se dibuja una sonrisa en tu rostro, tu corazón se acelera, y sientes miedo ante la ínfima posibilidad de no poder alcanzarlo: ¡felicitaciones, es el correcto, encontraste lo que te apasiona y ya nada podrá detenerte! Si aún no lo hallaste, no te rindas, sigue intentándolo, ya lo descubrirás; cada persona tiene su tiempo, el adecuado para cada una.

No permitas que nadie te diga que no es posible, que ya es tarde, que no tienes "madera" para eso. Las personas suelen creer que lo imposible para ellas, lo es para todos; no es su culpa, no saben que las limitaciones sólo están en nuestra mente. Guarda cada comentario negativo que recibas -que serán muchos-, y úsalos para fortalecerte, ayúdalos demostrándoles que sí es posible.

Identifica esas personas que ya alcanzaron su propósito, ese que coincide con el tuyo. Contacta con ellas, aprende de ellas. No las envidies, no pienses que para ellas fue más sencillo, nadie sabe el camino que cada uno ha transitado y las dificultades que ha superado, intenta verlas de verdad y aprender de sus fortalezas. Interactúa con ellas, eso te exige mantenerte en constante estudio y aprendizaje; y se humilde, cuando no sepas algo, simplemente admítelo y haz la pregunta correcta. El esfuerzo por superarte se nota, y la humildad se valora. Eso hará que las personas que ya están en ese lugar al que aspiras te respeten y valoren; y sí, quizás te ayuden...

Persevera, cada vez que te caigas, levántate; cada vez que pienses que no vas a lograrlo, refúgiate en tu sueño, obsérvalo, siéntelo, tócalo, está allí, sólo de ti depende hacerlo parte de tu realidad. No sientas desdén por esos que te ponen trabas, no seas agradecido sólo con quienes te ayudan, sé consciente que todos están colaborando para que te transformes en esa persona que aspiras ser, una mejor versión de ti mismo.

No importa cuántas veces sientas miedo, el miedo nos hace humanos; no importa cuantas veces te caigas, el éxito no es no caer, sino levantarte ante todas y cada una de ellas. Disfruta el camino, con sus alegrías y sus sinsabores, es el que tú has elegido. Al final del camino verás que valió la pena, al final del camino recogerás los frutos, sentirás el respeto y aprecio que te ganaste de quienes en su momento supiste admirar. Pero sobre todo, serás la persona más orgullosa de ti misma, y podrás ayudar a otros a que recorran el mismo camino que tu. Nada más motivador que historias de superación, para los que creen que no pueden superarse.

¡Sólo hazlo, y disfrútalo!