Del autor Ad. Ferriére La Educación Constructiva y el Progreso Espiritual ya en el siglo XXI.
Como si él nos dijera mediante su obra, que no avanzamos en el ciclo enseñanza-aprendizaje.
A continuación por la difusión de la cultura, hago una cita textual de la página 16 del autor Ad. Ferriére en su obra (editada en Madrid en 1932 por Espasa Calpe traducida por Rodolfo Tomás y Samper) que dice lo siguiente. Ad. Ferriére, refiriéndose a los principios de acción sobre las leyes de la ciencia, que dado que la infancia crece, se necesitarán con urgencia millares de principios de acción, y por el momento la ciencia, pocas leyes fijas puede ofrecernos para orientarnos. El pedagogo por tanto, se encuentra sobre un dilema cruel: adaptarse a los sistemas que se supone buenos, pero que también podrían no serlo, o... tomar como modelo la intuición buena fe, de la que habla Rodolfo Toepffer en su inimitable historia de M. Crépin, que consiste en el método de hacer lo que se pueda, y como mejor se pueda. La intuición subjetiva del educador, puede errar; y en todo caso esta intuición no valdrá nunca, sino lo que valga el educador. Y ya se sabe que los intuitivos geniales, hasta simplemente los intuitivos equilibrados son raros. ¿Qué harían los demás? Inevitablemente esto: un doble llamamiento a la ciencia y a su intuición. Si esta ciencia se comprende mal, si la intuición es imperfecta, ved a millares, ¡qué digo! Millones de niños que en lugar de ser formados serán deformados. ¿No se ha dicho que la confusión mental de nuestra época, provenía en gran parte de la educación demasiado cerebral, demasiado verbal, demasiado alejada de la verdadera vida, demasiado poco practica y poco constructiva de nuestras escuelas del siglo XIX y XX? El suscrito os recuerda que la escuela instruye y la familia educa, y ya estamos a punto de cumplir los dos decenios del presente siglo XXI. Y aprovechando la red, digo que la (ONU) en sus estadísticas, sitúa a España en el penúltimo lugar del ranking en Educación, y esta afirmación no es sino una sucesión de comprobaciones válidas a cargo de organismos internacionales de probada reputación que se van conociendo, y que tácitamente son también exigencias a sus gobernantes, para que corrijan a tiempo sus deficiencias educativas. Sin embargo creo que hay razones entre otras muchas más, como la que voy a ilustrar ahora, y que tiene estrecha relación con el problema de calidad y cantidad en la educación. Destacado, poco más de tres años en el sector educativo rural, me dirigí por carta al ministerio de educación en la calle Alcalá de Madrid, para convalidar mi experiencia docente. Y ante tanta tardanza en la respuesta a mi carta, pasado ya un año, volví personalmente, para conocer la razón de la demora, y el funcionario que me atendió, me dijo en tono de exclamación, ¡pero qué cree usted que la ministra y sus subalternos le iban a responder, si ellos viven en el cielo! Y este otro ejemplo es característico de la España reciente, sobre todo en la política. Si envías una carta a la gente del poder, por norma no te responden, y en tantas ocasiones estuve enviando una serie de cartas para pedir financiamiento para uno de mis tres proyectos de iniciativa a todas las Autonomías, (17 parlamentos) y sobre tal asunto no tuve respuesta. Y por si algo no queda claro al público lector, este es un ejemplo reciente, donde una comunicante le reclamaba al actual gobierno municipal de Madrid reunido en un auditorio, donde la señora alcaldesa, no tuvo más remedio que escuchar el argumento de una asistente, que exigía la razón, de que no le hubiera respondido una carta suya después de tres años. Sin embargo, como ellos ya tienen tu dirección, entonces si te escriben a ti una carta, pero solamente para pedirte el voto en las próximas elecciones. Y volviendo al relato que hoy me ocupa sobre la educación, creo sinceramente que la experiencia que tienen todos los profesionales del sector, debería ser aprovechada en cualquiera de las instituciones educativas, mucho más todavía cuando se dice, que hay niños que aprendieron mal la geografía, llegando a creer que Cáceres está en Andalucía.
Y no acabo este artículo del que espero sea de gran interés para padres, educadores, y público en general interesado en la Educación sumando los apartados que a continuación se detallan del mismo libro consultado y que dicen textualmente lo siguiente.
Si son pedagogos, a menos que su espíritu de geometría, no les lleve a tratar a los niños como sólidos, utilizando reglas, procedimientos y programas preconcebidos.
El médico insiste en la acción preventiva, que tiende a inutilizar la acción terapéutica. Igual debe ser para el educador.
No solo se trataba de recoger las experiencias de los grandes teóricos y prácticos de la época actual (el autor se refiere al siglo XIX y XX, y estamos en el S. XXI) confrontándolas con el fruto de nuestras propias investigaciones, sino de formular conclusiones a teóricos, prácticos, y especialistas de la ciencia y la educación, con el fin de someterlas y oír sus pareceres.
Fácilmente, se concibe cuan útil puede ser para un investigador, no solo añadir a su experiencia la experiencia de otro (pagina 28 el progreso espiritual de la obra del mismo autor) sino sobre todo someter sus conclusiones a la crítica del gran público, y a la vez de los especialistas de las ramas que ha estudiado.