Del concepto a la imagen.
La mente del creativo forma representaciones para solucionar algún problema de diseño o comunicación visual. Esto pasa por un proceso. Acá se los dejo…
Primero se da LA ENTRADA DE LA INFORMACIÓN a través de discursos y diálogos. Esto representa la interpretación y búsqueda de solución al problema que nos solicitan cubrir.
La información de inicio se comunica o transmite de forma verbal, se cuenta una historia, el origen del concepto, dirigiéndonos a la búsqueda de más información y más conceptos. Muchas veces podemos generar en automático una visualización previa de lo que vamos a configurar, dando una mejor integración de ideas o una óptima búsqueda de la información, pero esto recae en la complejidad de cada proyecto.
Las imágenes mentales según especialistas como el psicólogo Stephen Kosslyn, tiene una relación y explicación tal como si fuera un fenómeno cognitivo. Es decir, tiene que ver con la fusión de nuestro aprendizaje, percepción y cultura visual.
Pulimos ese fenómeno cognitivo, conociendo la personalidad, lenguaje y gustos de la audiencia. Una vez asimilada la información se comienza entonces a PROYECTAR LA IMAGEN EN PAPEL.
Si observamos, las imágenes mentales juegan un papel muy importante en el proceso de bocetaje. Y es una forma de codificación (programación del objeto diseño).
Esa codificación deberá identificarse con el objetivo de nuestra pieza y con la audiencia meta. Esto significa que nuestro mensaje debe ser lo suficientemente concreto y coherente para causar el impacto u objetivo deseado. Veamos un ejemplo claro, si queremos proyectar la identidad visual de una revista, se trabaja primero el logotipo y el estilo editorial y/o gráfico con el que se identificará en el mercado, y éste se decide en gran medida por lo contenidos propuestos para los lectores principales. La tarea es que se fusione identidad y contenido para generar funcionalidad, coherencia y sentido al público.
Digamos que al construir el concepto nos situamos en la superficie del proyecto y al encender nuestro campo imaginario nos vamos hacia lo profundo, muchas veces hacia lo desconocido para experimentar. Nuestras imágenes mentales suelen almacenarse en nuestra memoria y es ahí donde vamos alimentando nuestra percepción y cultura visual. Básicamente, al ir madurando nuestras imágenes, debemos buscar una comunicación clara, para expresar de forma certera la respuesta de cada proyecto. Dependiendo la complejidad del problema, más profunda y nutrida será la experiencia.
Me despido, mi nombre es Erika Valenzuela. Con esto podemos darnos cuenta del poder de nuestra energía creativa, y las experiencias que vamos construyendo para desarrollar nuestro imaginario. Qué opinan? Ustedes cómo construyen su proceso de concepto a imagen?
Hasta la próxima!