Del Highline de NY al patio trasero de Los Cabos
Hoy se presenta (de nueva cuenta), una nueva versión de lo que se conoce en el Municipio de Los Cabos como el "Nuevo tramo carretero", el cual consiste a grandes rasgos en la privatización de un tramo de la actual carretera federal (también llamado corredor turístico) entre Cabo San Lucas y San Jose del Cabo, a conveniencia de los desarrolladores inmobiliarios dueños de la tierra en dicho segmento, tras la máscara que lo hacen para generar un "paseo turístico, con ciclopistas" para disfrute de todos los habitantes del Municipio.
Cabe mencionar que para estos desarrolladores, "presentar el proyecto" de esta intervención a gran escala significa presentar un diagrama del trazo, no más, sobra decir que no se indican las soluciones propias del proyecto como por que se decidió el mismo, cuales son las pendientes que se pretenden recorrer, habrá estaciones de descanso para los ciclistas y/o espacios de reunión propios de espacios públicos?, en caso de existir, cada cuanto estarán estos puntos?, que criterios paisajísticos y de atractivo natural se siguieron para definir dicha propuesta, existe el goce del paisaje por parte de los usuarios o la vista del recorrido se limita a ver las bardas de desarrollos habitacionales exclusivos planeados en su mayoría para extranjeros?, Que beneficio puede tener la ciudadanía de una ciclopista generada en medio del desierto y lejos de los dos centros urbanos del municipio, ni cercano a San José del Cabo ni a Cabo San Lucas?, Si se reduce la carretera actual a dos carriles (al convertirla en "paseo turístico") cual es la propuesta del mejoramiento del espacio peatonal (actualmente inexistente al ser una carretera federal). Que otros cambios de uso de sueo vienen ocultos en la propuesta para activar la utilización de dicho espacio publico propuesto, etc., etc.
Más allá del proyecto tan carente de fundamento y de argumentos que lo sostengan y justifiquen más allá del mero enriquecimiento de 5 personas y/o grupos perfectamente identificables, me remito a reproducir una nota que publicó hace un tiempo el Arq. Eduardo Cadaval con motivo de la inauguración del HighLine y que muchas veces sirve de termómetro para analizar lo que se sigue comprendiendo en malamente en México como "espacio público".
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