Del mundo trilero

Cuando los ciudadanos de a pie hacemos periodismo, los periodistas hacen de jueces, y los jueces no sabemos qué partido juegan, nos encontramos con la España de 2017.

En la minería nacional, y andaluza, estamos acostumbrándonos a vivir en las portadas de la mal llamada prensa, con noticias que suelen ser mentiras (y no verdades) a medias. Como resultado, la desagradable situación en la cual, a las personas físicas se les atribuyen responsabilidades por encima de su alcance, a las empresa se les acusa de querer hacer su trabajo, y al funcionario se le considera culpable antes de que que se siente en su mesa de trabajo.

¿Y el periodismo? ¿Qué hace el periodismo?

Curioseando me encuentro lo siguiente. El periodista tiene un código deontológico, donde se expone que el periodista debe asimilar:

• El respeto a la verdad.
• Estar abierto a la investigación de los hechos.
• Perseguir la objetividad aunque se sepa inaccesible.
• Contrastar los datos con cuantas fuentes periodísticas sean precisas.
• Diferenciar con claridad entre información y opinión.
• Enfrentar, cuando existan, las versiones sobre un hecho.
• Respeto a la presunción de inocencia.
• Rectificación de las informaciones erróneas.

Pues poco queda más por decir, señoría.