Demetria la mula y el auto en el lodo
Cuenta una historia que un hombre conducía por una calle de lastre en un área rural cuando se encontró con un gran lodazal. Se detuvo un momento, y luego de pensarlo un poco decidió intentar cruzarlo, pero su auto quedó atascado sin remedio en el lodo. Por suerte, había una humilde casa cercana, por lo que el hombre caminó hacia ella para pedir ayuda.
Cuando le dijo al hombre que lo recibió en aquella casa lo que había sucedido este le dijo:
- Demetria puede sacar el auto - señalando hacia una vieja mula negra que pastaba en el lote vacío al lado de la casita.
El hombre miró hacia la vieja mula que parecía estar escuchando los llamados del más allá, y miró también al buen hombre que seguía repitiendo:
- Sí, la vieja Demetria puede sacarlo de ahí.
El hombre pensó que no tenía nada que perder, por lo que caminó con el lugareño y la desmirriada Demetria hacia el lugar dónde se encontraba su auto atascado. El lugareño enganchó el arnés de la mula al carro, y empezó a gritar:
- ¡Jale Pedro! ¡Venga Juan! ¡Fuerte Luis! ¡Vamos Demetria!
Para asombro del hombre, Demetria tiró con todas sus fuerzas y poco a poco sacó el auto del lodo. El hombre estaba sorprendido. Acaricio aquel tremendo animal que lo dejó boquiabierto, y le agradeció a su dueño, mas no pudo evitar preguntar:
- ¿Porqué gritó todos esos nombres antes de gritarle a Demetria? El lugareño sonrió y respondió:
- Demetria es ciega como una tapia. Mientras ella se siente que está jalando parejo como parte de un grupo, tira durísimo de ese arnés.
En mi vida he escuchado a mi padre decir muchas veces que las personas somos seres sociales, como tales, está en nuestros deseos más profundas sentirnos parte de un grupo, ya que nos genera sentido de seguridad y proporciona alimento a nuestra necesidad de afiliación.
Los líderes de un equipo deben de asegurarse que todos sus miembros se sientan parte importante del grupo. Cuando nos sentimos parte de la “tribu” estamos dispuestos a hacer lo necesario para protegerla y asegurar su bienestar, como por ejemplo, dar el esfuerzo necesario para conseguir las metas del grupo.
Por el contrario, he tenido la oportunidad de observar lo que pasa con una persona que no se siente parte del grupo; su entusiasmo se apaga, su confianza se ve disminuida, y por tanto, su compromiso y la calidad de su trabajo.
El lugareño de la historia había encontrado una forma de hacer sentir a Demetria que era parte del equipo. ¿Qué están haciendo en su equipo para que todos se sientan parte del clan? Recuerda lo que dice la sabiduría popular: LO ÚNICO MALO DE LAS ARGOLLAS ES ESTAR FUERA DE ELLAS.