Derechos de la Naturaleza y la Ley del Ecocidio – ¿Qué son y qué pueden hacer por el océano?
Por Deborah Rowan Wright
En todo el mundo, miles de personas trabajan para proteger el océano y la vida marina. Son pescadores, científicos, partidarios y personal de organizaciones conservacionistas, abogados, asesores políticos y negociadores de tratados. Son cineastas, profesores, buzos, marineros, tripulantes de lanchas patrulleras, reforestadores de manglares, limpiadores de playas y más. El impacto acumulado de sus logros es incalculable. Y, sin embargo, a pesar de tanto esfuerzo y emprendimiento, la evidencia muestra que la salud del océano continúa deteriorándose.
Tenemos que concluir que, por muy valiosas que sean, las estrategias de protección actuales no son suficientes para mantener el océano a salvo de mayores daños ni para permitirle recuperarse de décadas de daños y sobreexplotación.
La pregunta es, ¿qué más se puede hacer?
La respuesta puede encontrarse desmenuzando el problema que queremos resolver y separando la causa del efecto. El declive del océano se manifiesta en aguas contaminadas y sobreexplotadas, hábitats submarinos y costeros demolidos, pérdida a gran escala de vida silvestre y mares más cálidos y ácidos – causados por industrias excesivamente extractivas e irresponsables, legisladores que ignoran los consejos científicos y gobiernos que no consiguen hacer cumplir las leyes de protección marina.
Pero la verdadera fuerza impulsora detrás de esta catástrofe global es una cultura política y económica que constantemente prioriza la obtención de dinero sobre la naturaleza.
El desafío es cambiar la relación de la sociedad con el mundo natural – de sobreexplotación a respeto, responsabilidad y cuidado. Y aunque eso pueda parecer inalcanzable, el cambio ya está en camino. Es evidente en una conciencia y preocupación públicas más amplias y en programas de conservación más ambiciosos a nivel local, nacional e internacional. El problema es que el cambio que tanto necesitamos se está produciendo con demasiada lentitud.
Para acelerar las cosas, un número cada vez mayor de personas piden que la destrucción grave de la naturaleza sea un crimen internacional – el crimen de ecocidio.
Crímenes contra la Naturaleza – también conocido como Ecocidio
Se identificaron cuatro crímenes internacionales fundamentales en el Estatuto de Roma, el tratado que estableció la Corte Penal Internacional (CPI). Son crímenes de agresión, crímenes de guerra, genocidio y crímenes contra la humanidad (que incluyen asesinato, esclavitud, tortura y violación). El derecho penal internacional permite que quienes cometen los delitos más graves contra la comunidad mundial sean llevados ante la justicia y detenidos.
Para la protección del océano, la ley de Ecocidio puede desempeñar un papel crucial, porque las industrias destructivas no son entidades autónomas – tienen gerentes, juntas directivas y directores ejecutivos que toman las decisiones que conducen a aguas contaminadas, mares sobrepescados y hábitats destruidos. En consecuencia, reconocer el ecocidio como delito significará que los individuos culpables podrán ser procesados y sentenciados si son declarados culpables. Esto será un poderoso elemento disuasivo para las industrias dañinas y un incentivo apremiante para adoptar prácticas respetuosas con la naturaleza.
Recomendado por LinkedIn
Derechos de la Naturaleza
Estrechamente vinculado a la campaña por la ley de Ecocidio, el movimiento por los Derechos de la Naturaleza también está presionando por un cambio cultural a favor del mundo natural. Sostiene que la naturaleza tiene derechos intrínsecos a existir y prosperar, libre de la sobreexplotación y la ruina causadas por el hombre. Se conceden para proteger ríos, bosques, humedales, lagos y montañas, al tiempo que obligan a los ciudadanos a tener un mayor respeto por los lugares salvajes y su vida silvestre. Los Derechos de la Naturaleza se reconocen oficialmente en varios países, incluidos Ecuador, Uganda, México, España, India, Colombia, Panamá y Nueva Zelanda, a medida que se incorporan a leyes y constituciones.
El movimiento, que se extendió desde las montañas y río abajo, ha llegado ahora al mar. La campaña para establecer una Declaración Universal de Derechos del Océano está liderada por un colectivo de organizaciones, entre ellas The Ocean Race, Ocean Vision Legal, Earth Law Center y el gobierno de Cabo Verde.
En septiembre de 2023, el grupo presentó un documento a la Asamblea General de la ONU en Nueva York alentando a los Estados miembros a iniciar un diálogo sobre los Derechos de los Océanos.
"Esta iniciativa tiene como objetivo empoderar al océano con voz en las decisiones que lo afectan, sentando una base ética para un futuro sostenible". Primer Ministro de Cabo Verde, Ulisses Correia e Silva.
La formalización de los derechos oceánicos le dará al océano una voz metafórica, reforzando su posición en la mesa de negociaciones y resaltando la importancia de tener un océano saludable y vivo. Y, de la misma manera que los derechos humanos forman la base moral de las leyes para prevenir crímenes como el asesinato y el genocidio, una Declaración de Derechos del Océano (DDO) puede proporcionar la base sobre la cual construir una ley de Ecocidio para proteger el océano.
¿Listo para actuar? Únase a los miles que ya firmaron nuestra Carta Abierta y sea parte del movimiento global para asegurar la legislación que necesitamos para la protección de los océanos que queremos.
Haz click aquí.
____
Deborah Rowan Wright se especializa en ley de conservación del océano y es la autora de ‘Mar Futuro: Cómo Rescatar y Proteger los Océanos del Mundo'