Desalinización para el Desarrollo de las Comunidades

Amplio debate ha generado la idea anunciada por el Presidente Boric de impulsar caletas pesqueras con perspectiva de género. La verdad es que el foco en este aspecto en específico puede parecer anecdótico, especialmente con el énfasis que le puso el Presidente, junto con el comidillo posterior generado en los medios y redes sociales, que amplifican su alcance y empañan un debate mayor que se requiere respecto de estas comunidades costeras.

En nuestro país existen alrededor de 500 caletas artesanales a lo largo de toda la costa, en las que desarrollan sus actividades distintos grupos de pescadores artesanales, buzos mariscadores y orilleros, recolectores de algas, entre otros oficios, y las mayores dificultades de su labor dicen relación con la infraestructura y el acceso a servicios de agua potable y energía, de forma segura y permanente, como tenemos la mayoría de la población en el resto del territorio nacional.

Por lo mismo, si el Estado quisiera desarrollar con verdadero impulso el sector de las caletas artesanales, bienvenida sería una estrategia de cobertura nacional de esas necesidades en estas comunidades, lo que sería perfectamente posible con un decidido plan de impulso de proyectos de plantas desalinizadoras de agua de mar de pequeña escala, alimentadas con energía solar u otras renovables. No sólo existen ya algunos ejemplos de estas en algunas caletas artesanales del país, sino que esta iniciativa coincidiría con el impulso a la desalinización que el propio gobierno ha declarado que llevará adelante.

Son cientos las comunidades costeras e indígenas en todo el país las más afectadas por el desabastecimiento del sistema formal de agua potable y la desalación es una alternativa real para ellos. Un plan nacional de desalinización para cubrir sus necesidades, podrían beneficiar a cientos de miles de trabajadores y sus familias, las que dependen de la actividad y sustento que se desarrollan en estas comunidades y que, como todas las personas, su calidad de vida mejoraría sustantivamente resolviendo estas necesidades.

Éste trabajo se podría, además, desarrollar sobre la base de proyectos regionales y locales, con financiamiento público-privado e incluyendo dimensiones de vinculación, investigación, academia, etc. En nuestro país existe no sólo un amplio espectro de empresas de la industria de la desalinización y reúso de agua, sino que son varias los rubros en los que estas tecnologías para el desarrollo de nuevas fuentes de agua se están proyectando, como en la minería metálica y no metálica, para energías renovables, en agricultura y otras.

Un plan de estas características sí que sería una medida de apoyo al desarrollo positivo de las caletas artesanales, para todas y todos sus trabajadores y habitantes.

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