A desarrollar nuevas habilidades técnicas y competencias de desempeño

En el año 2005 cuando se festejaron los 75 años de la revista Fortune, se destacó el optimismo fundamental sobre: el mañana, sobre el futuro. Y dentro de los temas que se prospectaron para el año 2080 se destacó desde la perspectiva del tiempo futuro que, la población mundial habrá llegado a su punto más alto, estaremos lidiando con cambios climáticos, los microbios y no los microchips serán los principales vehículos de innovación.

Particularmente en el año 2020, nos dimos cuenta de que el futuro se empieza a acercar con demasiada rapidez al presente y dado los avances tecnológicos que están delineados a largo plazo, pronto estaremos necesitando desarrollar nuevas habilidades técnicas y competencias de desempeño.

Sabemos que la automatización, la robótica, la inteligencia artificial, el aprendizaje de máquinas, el internet de las cosas, el cómputo en la nube, los multiversos, entre otros, están ya delineando el futuro del trabajo. Se comienza a ver que están destruyendo, transformando y creando puestos de trabajo y al mismo tiempo, se está redefiniendo las habilidades y competencias que serán necesarias en cualquier industria y región geográfica.

Se volverá necesario aprender nuevas habilidades técnicas y digitales asociadas a estas y otras tecnologías, pero también se requerirán competencias más complejas y con un nivel superior de dominio, por ejemplo, creatividad, razonamiento, ideación e innovación. Ya no son 4 competencias independientes, sino que juntas, forman una competencia compleja. Otra competencia de las nuevas, es comunicación y gestión de la información multicanal digital y multientorno. Y un ejemplo más es toma de decisiones complejas y juicio. Y así hay más.

Las competencias se empiezan a conjugar haciendo evidente la nueva exigencia en un nivel más alto de dominio.

En otras palabras, los colaboradores del futuro no solo estarán enfocados en conocer el negocio, sino también en conocer el modelo de negocio, la estrategia y por supuesto la operación, además de poder articular actividades de manera coordinada con máquinas y programas de software.

He ahí la razón de aprender a aprender para lograr una vinculación estrecha entre la teoría (conocimiento, saber) y la práctica (saber hacer), dadas las características de los empleos del futuro y contar oportunamente con las habilidades y competencias desarrolladas en un nivel de dominio superior.

Con esto, queda claro que ya no será suficiente la formación académica, hay que enriquecerla permanentemente y con la firme intención de ir logrando un equilibrio armónico entre conocimientos, habilidades y actitudes. Lo que de manera simple se le conoce como saber, saber hacer y ser.

Queda como responsabilidad propia el aprender a aprender para estar a la altura de los retos del futuro y de la ruta de desarrollo profesional que queramos para el futuro. Ya no será responsabilidad única de las organizaciones, el definir, instrumentar e implementar las rutas de desarrollo de carrera de sus colaboradores.

Debemos contar con la capacidad de fomentar y desarrollar otras competencias, es un circulo virtuoso para una formación integral que, bajo un modelo de autoaprendizaje se pueda tener acceso a métodos didácticos educativos de vanguardia, apoyados en la tecnología y con los medios e instrumentos idóneos para que se puedan estimular eficazmente las habilidades, competencias y actitudes requeridas.

Con esto, será posible estar preparados para desempeñar exitosamente el puesto o los puestos del futuro para los que estemos pertinentemente preparados. 

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Copyright © La autora es Patricia Luna Arredondo, socia fundadora y directora de Calimeria Business Intelligence, SA de CV, empresa especializada en soluciones para la alta dirección y gerencia, dedicada a desarrollar la capacidad de ejecución estratégica y competitividad de personas y organizaciones en diversos temas relacionados con la gestión y desarrollo de negocios. calimeria.com