Desde la Garbo y Melvyn Douglas en Ninotchka, hasta el falsete humorístico de los ticos en la política nacional, un acto lógico positivo.
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Desde la Garbo y Melvyn Douglas en Ninotchka, hasta el falsete humorístico de los ticos en la política nacional, un acto lógico positivo.

Por muchos críticado, el humor "popular", ese humor de la calle, con "choteo" que en ocasiones se llega a pasar de la raya, en muchas ocasiones, es una copia con violación de "derechos de autor".

Recuerdo, allá por inicios de los años '90, cuando el candidato del PUSC, Rafael Angel Calderon Fournier, lograba la Presidencia de la República; se divulgó una cantidad considerable de "chistes" por parte de los miembros del partido contrario -estamos aún en la Costa Rica bipartidista-, que por supuesto, no estaban contentos y mucho menos de acuerdo, que después de dos administraciones del PLN ( Monge- Arias ), fuera el bando contrario el que tuviera la batuta del país.

Entre otros se rebautizó popularmente, el puente que pasa sobre la circunvalación hacia Casa Presidencial, como el "Paso de la Vacas". Otros ponían en tela de duda, la capacidad del nuevo mandatario y decían que este dormía con dos vasos en la mesa de noche, uno con agua y otro sin agua. El vaso con agua, por si le daba sed y el vaso sin agua, por sino le daba sed.

Sin embargo, esta última historia, no es de autoría nacional.

En la película Ninotchka, de Lubitsch de 1939, hay un maravilloso chiste dialéctico. El protagonista entra en una cafetería y pide café sin crema, a lo que el camarero le contesta: «Lo siento, pero se nos ha acabado la crema. ¿Puedo traerle un café sin leche?» .

En ambos casos, el cliente se toma el café solo, pero este Un-café cada vez va acompañado de una negación diferente, primero es un café sin crema, y luego es un café sin leche.

Lo que encontramos aquí es la lógica de la diferencialidad, en la que la carencia misma funciona como un rasgo positivo, una paradoja que nos transmite perfectamente un viejo chiste yugoslavo acerca de un Montenegrino (en la antigua Yugoslavia, a la gente de Montenegro se la consideraba vaga):

¿Por qué un montenegrino, cuando se va a dormir, coloca en la mesilla de noche dos vasos, uno lleno con agua y otro vacío?

Porque es demasiado vago para pensar de antemano si tendrá sed durante la noche.

El sentido de este chiste consiste en que la propia ausencia ha de considerarse algo positivo: no basta con tener un vaso lleno de agua, pues si el montenegrino no tiene sed, simplemente hará caso omiso: para que este hecho negativo no pase desapercibido hemos de colocar el vaso vacío; es decir, la no necesidad de agua ha de materializarse en el vacío del vaso sin agua.

Así que antes de ser una mofa a la persona, más bien es todo lo contrario, es un acto lógico de positivismo.

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