¡Despierta a tu cerebro! Dedito, sí o no.
¿Se han dado cuenta que muchas personas ya no quieren pensar?
Todos conocemos a personas que quieren solucionarlo todo con "el dedito", o sea Googleando hasta el más mínimo detalle para no usar el cerebro.
- Ya no utilizamos nuestra capacidad de memoria. Antes, nos sabíamos todos los teléfonos de la oficina, familiares cercanos, los cumpleaños, etc. Ahora, hay personas que no saben ni su teléfono o le toman foto a su locker en el gimnasio para "acordarse que es el número 5".
- Perdimos nuestro instinto y sentido de orientación. Antes, íbamos a un lugar y por instinto nos fijábamos cómo llegar o en alguna referencia. Ahora, si alguien toma una calle distinta a la cotidiana saca inmediatamente el Google Maps.
- La ortografía cada día es peor en personas con más estudios. Antes, no había corrector automático, revisabas todo lo que escribías, ya que era terrible tener una falta de ortografía. Ahora, con todo y corrector es increíble que palabras que usamos a diario se escriban de maneras impensables y que la gente las publique así sin mayor cuidado hasta en sus redes.
- Estamos perdiendo nuestras habilidades sociales. Antes, cuando te referías tus amistades era porque realmente eran cercanas, convivías, hablabas con ellas, te echabas un cafecito. Ahora, la gente dice que tiene miles de "amigos en Face", pero están solos horas y horas clavados en su celular sin ningún contacto humano.
- Pocos tienen inteligencia intuitiva. Antes, sentías a la gente, le dabas importancia a la "vibra", su mirada, las sensaciones que te provocaban, su personalidad o estado de ánimo. Ahora, la frialdad de la pantalla no permite sentir emociones, percibir estados de ánimo, detectar el carácter o personalidad tan importantes para tomar una decisión.
- Las empresas pierden la identidad y sentido de pertenencia de su equipo. Antes, el ir a tu oficina, tu lugar de trabajo y estar rodeado de la marca o el nombre de la empresas te ponía en la frecuencia para concentrarte solo en tu trabajo. Intercambiar ideas con tus compañeros, o simplemente la plática en el pasillo, hacían que la gente conviviera de manera cercana logrando esa integración y trabajo en equipo. Ahora, la inmediatez del zoom hace que hables solo del asunto motivo de la junta. Ya no hay esa plática previa, broma, interés personal o cercanía con los compañeros.
- Tomamos todo tipo de cursos por línea. Antes, te emocionaba tomar un curso presencial, conocer nuevas personas, convivir e intercambiar intereses. Ahora, queremos casi casi aprender a nadar por Internet. Por supuesto, hay cursos que son muy recomendables y efectivos por línea, pero otros hay que vivirlos, sentir las maripositas en el estómago y enfrentar a la gente.
Obviamente, todo esto se agravó de manera alarmante con la pandemia. Sin duda, tuvimos que hacer home office, alejarnos de las reuniones familiares y actividades sociales. También descubrimos ventajas y desventajas de esta nueva forma de vida.
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Por otro lado, proliferaron los cursos por línea de todo tipo. Algunos buenos, pero también muchos improvisados y que nos dejaron un mal sabor de boca.
Hay que tener la sabiduría para no dejarnos llevar y saber identificar las cosas SÍ son "del dedito Google" y las que NO.
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