Diabetes: El reto y la oportunidad de innovación en su abordaje

Las enfermedades crónicas no transmisibles se constituyen como uno de los mayores retos que enfrenta el Sistema de Salud Mexicano debido al gran número de casos afectados, su creciente contribución a la mortalidad general, aparición en edades cada vez más tempranas, el hecho de que son la causa más frecuente de incapacidad prematura, así como la complejidad y elevado costo de su tratamiento. 

Las cifras son alarmantes. 

De acuerdo al Instituto Mexicano para la Competitividad, en México existen al rededor de 8.6 millones de personas que padecen diabetes, de los cuales mueren más de 59 mil al año y 45% de ellos en edad productiva.

Por otra parte, la COPARMEX identificó que las personas con este padecimiento suelen ausentarse hasta 30% de sus días laborales.

Se afirma que en muchos países esta enfermedad consume entre 5 y 10% del presupuesto destinado a la salud, y de este, más del 50% se debe a sus complicaciones, lo que es causado principalmente con el inadecuado control de los niveles de glucosa sanguínea.

En México, para 2015, la carga económica de la enfermedad en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) representó 53% de todo el gasto financiero destinado a los seis principales padecimientos crónico-degenerativos, equivalente a más de 43 mil millones de Pesos.

Al igual que ocurre con las enfermedades oncológicas, el diagnóstico oportuno juega un papel fundamental. Sin embargo, la posibilidad de que los pacientes sean detectados en forma tardía es alta pues en muchos de los casos la diabetes se diagnostica cuando la enfermedad lleva entre siete y diez años de evolución y ya se presentan una o varias de sus numerosas complicaciones, lo que implica que su atención conlleve altos costos.

Una vez diagnosticada y comenzado el tratamiento, la adherencia, entendida como #MásAllaDeLaTomaDeUnChocho, es esencial. 

Cuando no se sigue el tratamiento prescrito se suele culpar de ello a los pacientes a pesar de que hay pruebas de que los profesionales sanitarios y los sistemas de salud pueden tener una gran influencia sobre el comportamiento de los pacientes.

A este respecto, señala el Director de Manejo de las enfermedades No Transmisibles de la Organización Mundial de la Salud que “Los profesionales sanitarios son testigo de la necesidad de que los pacientes cumplan mejor los tratamientos que se les prescriben. Dado que el sistema de atención de salud también es parcialmente responsable de la situación, hay que crear incentivos para reforzar los esfuerzos de todos los profesionales sanitarios a favor del cumplimiento del tratamiento”

Una de las conclusiones de un Análisis de Microcosteo de la atención de personas que viven con Diabetes Mellitus T. 2 en el IMSS establece que es prioritario reforzar la capacitación de personal de salud de primer y segundo nivel de atención a fin de poner en práctica estrategias de tamizaje en población de riesgo, efectuar diagnóstico acertado y promover un tratamiento individualizado efectivo. 

Adicionalmente, recomienda poner en marcha la investigación interdisciplinaria de la enfermedad a través de un sistema de información unificado que permita identificar a la población en riesgo, generar un censo certero de pacientes, evaluar el tratamiento de manera individual y medir el impacto de las intervenciones. 

Me parece que para que se cuente con una visión integral que fortalezca el proceso de toma de decisiones por parte de las autoridades institucionales (análisis costo-efectividad y evaluación de impacto de las estrategias de intervención), es indispensable que este sistema de información sea multidisciplinario, integrado por las áreas administrativo-financieras (como afiliación, prestaciones económicas, referencia y contra-referencia), clínicas (incluidos trabajo social, psicología, laboratorio e imagen), abastacimiento y farmacia a nivel micro y macro, es decir, instituciones, subdelegaciones, delegaciones y nivel central. 

Quizá un primer paso hacia este abordaje interdisciplinaria de la enfermedad sea migrar la manera tradicional de tratar la diabetes, es decir, migrar la atención de las necesidades de la enfermedad a las necesidad de las personas. Esta propuesta, basada en un marco de referencia de la OMS, centra su propuesta en descubrir y atender las necesidades de los involucrados:

1. Individuos y familias
2. Profesionales de la Salud 
3. Organizaciones de Salud 
4. Sistemas de Salud 

Este marco implica: 

a. Un enfoque de atención que adopta conscientemente las perspectivas de las personas, las familias y las comunidades, observándolos como participantes activos y confiables que responden a sus necesidades. Para ello, se requiere que las personas cuenten con la educación necesaria respecto a su salud, al padecimiento, y las herramientas necesarias para tomar decisiones y participar en su propia atención. 

b. Servicios de salud integrados.

La evidencia muestra que los sistemas de salud orientados a las necesidades de las personas y las comunidades son más efectivos, menos costosos, mejoran la educación en salud, la participación de los pacientes y -los sistemas- están mejor preparados para responder a las crisis de salud, como la que estamos viviendo con el Covid-19. 

Otros beneficios de este modelo incluye una mayor seguridad del paciente, mejor adherencia a los planes de atención ergo mejor tratamiento y resultados de salud, una mayor satisfacción del paciente con la atención y una mejor calidad de vida para los pacientes, así como un sistema de salud rentable y sostenible que resulta del uso adecuado de la atención médica por parte de pacientes, familias y comunidades. 

Quizá los incentivos a los que se refieren los líderes de la OMS se encuentren en invertir en programas de concientización, educación y atención de las necesidades, no de la enfermedad, de las PERSONAS sin limitarlo únicamente de los pacientes, sino a todos las profesionales involucradas en el manejo de diabetes. 

Lo anterior probablemente promoverá el diagnóstico oportuno, trabajo colaborativo y cumplimiento al tratamiento que significaría una inversión rentable que evite costos excesivos, mejorará la vida de las personas que padecen diabetes, profesionales de la salud y fomentará un #SistemaDeSaludMásSano.