Diario Reflexivo como estrategia en el desarrollo del Trabajo en Equipo

Diario Reflexivo como estrategia en el desarrollo del Trabajo en Equipo

Uno de los retos de la formación actual es alcanzar el desarrollo de las habilidades y competencias para el siglo XXI. Para lograrlo, es esencial generar experiencias que fomenten el aprendizaje significativo mediante el uso de metodologías experienciales de aprendizaje, las cuales “ponen a la persona en el centro con un papel activo, viviendo un proceso interactivo de construcción permanente, dejando de lado el rol pasivo o receptivo” (Arellano, C. y Gent, K., 2017).

Para alcanzar esta meta, es necesario desarrollar estrategias para despuntar el procesamiento ligero de cualquier aprendizaje donde las competencias para analizar diferentes problemáticas, denominadas evaluativas y clasificadas bajo la denominación de pensamiento crítico, “están conformadas por las actividades intelectuales que sirven para conseguir los fines propuestos con la mayor eficacia posible: constituyen el arte de valorar algo para mejorarlo” (Sanz, 2010).

En distintas fuentes que sirven como marco de referencia de las competencias para el siglo XXI, el pensamiento crítico es una de las habilidades básicas en el ámbito laboral y se convierte en una forma de pensar.

Definir el pensamiento crítico es una asignación compleja pues no existe un consenso al respecto y lo que se ha establecido ha sido producto de presuposiciones (Deeley, 2016).

A partir de las ideas de los autores anteriores, en términos prácticos, el pensamiento crítico es la capacidad para:

·      Formular problemas y preguntas con claridad y precisión.

·      Reunir y evaluar información relevante utilizando ideas abstractas para interpretarlas.

·      Llegar a conclusiones y a soluciones muy bien razonadas y someterlas a prueba, confrontándolas con criterios y estándares relevantes.

·      Pensar con mente abierta, dentro de sistemas alternos de pensamiento, reconociendo y evaluando, según sea necesario, los supuestos, las implicaciones y sus consecuencias.

·      Comunicarse con otros para idear soluciones a problemas complejos.

Para Sanz, “el término crítico se refiere a una reflexión significativa y constructiva de la información. El pensador crítico está bien documentado, confía en la razón, su mente abierta y flexible, es justo a la hora de evaluar, íntegro cuando confronta sus sesgos personales, dispuesto a reconsiderar, razonable en la selección de criterios y persistente en la búsqueda de resultados”.

Deeley asume que la “reflexión crítica es una forma de pensamiento crítico…” y la reflexión como tal es un proceso y un producto, el cual puede “implicar la autorreflexión crítica y ser parte de un proceso continuo de autodesarrollo” y es lo que sirve de base tanto al pensamiento crítico y la acción crítica.

Este autor plantea diferentes etapas o fases para la reflexión crítica:

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Figura 1. Elaboración a partir de Deeley, 2016.

Este proceso implica un examen de las creencias, valores ideas y comportamientos, teniendo como paso previo un análisis de las concepciones previas y visiones personales, lo cual aporta para llegar a un nivel de profundidad que incida en la transformación.

Para alcanzar lo descrito, escribir es fundamental pues permitirá convertir las reflexiones interiores al blanco y negro y con ello alcanzar “una práctica comunicativa de carácter dialógico, un proceso cognitivo y, también, una herramienta epistémica” (Álvarez, M. Boillos, M., 2015). Especialmente, esto último, es lo que permite crear conocimiento y ordenar los datos e ideas generadas.

En definitiva, el proceso que implica escribir contribuye a clarificar lo que deseamos decir, así como vincular las reflexiones producto de nuestra experiencia con nuestros saberes previos. Todo esto conecta con la naturaleza de la competencia de comunicación escrita como herramienta epistémica, la cual está vinculada a un proceso de pensamiento y razonamiento (Álvarez, M. y Boillos).

Pensar es una condición que nos distingue como humanos y tal como indica Barrio (2000), el ser humano para desarrollar y alcanzar humanidad, “…necesita proponérselo y para ello tiene que pensar” y, uno de los mecanismos que permite desplegar el pensamiento es el proceso de escritura. Esto trae consigo el temor de los colaboradores para vencer su problema retórico; por lo cual, debemos diseñar estrategias que les inviten a disfrutar la experiencia y superar el reto que para ellos significa escribir.

Por ello, proponemos el diario reflexivo como estrategia idónea para vencer esos miedos y alcanzar el pensamiento necesario para reflexionar críticamente a la hora de manejar equipos.

Un diario reflexivo es una herramienta de aprendizaje que también permite ser evaluada en un proceso formativo. Tal como indica Deeley (2016), “el proceso de redacción de un diario sirve para posibilitar el aprendizaje de los participantes, además de brindar una evidencia de su aprendizaje que puede ser evaluada con el propósito de lograr los créditos vinculados al trabajo del curso”.

Para alcanzar esto último que cada diario reflexivo debe contar con análisis crítico, conocimiento y comprensión de la situación que plantea mediante el proceso de brindar sentido a lo que se está haciendo o sobre lo que se está reflexionado.

Tal como indican Boggino y Rosekrans, (2004, p. 143): “La práctica reflexiva tiene que ir más allá: tiene que transformar creencias, conocimientos y conductas, tocando así aspectos epistemológicos, teóricos e ideológicos.” Este es el gran reto, pues implica desarrollar un grado de conciencia sobre el efecto de sus actuaciones y es lo que permitirá detectar las brechas sobre las cuales trabajar.

Las entradas de un diario reflexivo pueden estar redactadas en variadas formas de expresión, tales como: cartas sin destinatarios, parodias, diálogos imaginarios o cualquier otra que el maestro considere pertinente. Además, “permiten al participante explorar ideas y conocimientos de forma más personal.

En esa línea se recomienda contar con entradas inspiradoras al diario reflexivo que sirvan de guía pero que brinden un marco de libertad a su reflexión.



Referencias

Arellano, C. y Gent, K. (2017). Mentalidad Lúdica: Para crear, educar, emprender e innovar.Chile: Momento Cero.

Barrio, J. (2000). Elementos de Antropología Pedagógica. Madrid: Rialp.

Boggino, N. y Rosekrans, K. (2004). Investigación-Acción: Reflexión crítica sobre la práctica educativa: orientaciones prácticas y experiencias. Rosario: Homo Sapiens.

Deeley, S. (2016). El Aprendizaje-Servicio en educación superior: Teoría, práctica y perspectiva crítica. Madrid: Narcea S. A. de ediciones.

García, A. y Quintana, H. (1997). Hablemos de Escribir: Didáctica de la expresión oral y escrita. Puerto Rico: Editorial Plaza Mayor.

Marradi, A., Archenti, N. y Piovani, J. (2010). Metodología de las Ciencias Sociales. Buenos Aires: Cengage Learning.

Nail, O. , Gajardo, J. y Muñoz, M. La técnica de análisis de incidentes críticos: una herramienta   para la reflexión sobre prácticas docentes en convivencia escolar en www.psicoperspectivas.cl del 11 de marzo de 2018.

Quevedo, T. y De Madeiros, A. (2010). El trabajo del mentor: análisis de los feedbacks de diarios reflexivos a lo largo de un proceso de mentoría en grupo. Revista Iberoamericana de Educación, 52(6), 1-12.

Villardón-Gallego, L. (2015). Competencias Genéricas en Educación Superior: Metodologías Específicas para su Desarrollo. Madrid: Narcea, S.A de Ediciones.

Roberto Dib Ashur

Ministro de Economía y Servicios Públicos en Gobierno de la Provincia de Salta

4 años

Excelente

Gabby Escalante

Coach de Coaches l Experta en negocios rentables l Más de 1 MILLÓN USD facturados por mis clientes l Negocios digitales l Ventas corporativas l Energía de riqueza I Conferencista

4 años

Gracias Roselys por compartir! El metodo experiencial es increiblemente efectivo y me consta que tu lo aplicas en tus capacitaciones de manera extraordinaria. El diario reflexivo definitivamente es una herramienta muy poderosa para el crecimiento personal y de equipos.

Paola Amador Oliveros

Comunicación estratégica para la sostenibilidad | Periodista empresarial | Coordinadora de edición y corrección de publicaciones

4 años

Excelente aporte. Un artículo académico sin desperdicios. Gracias, Roselys.

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