¿Dices NO consistentemente?
¿Estás enfocado(a)? ¿Tienes una identidad clara y significativa? ¿Haces una sola cosa, y le explicas a tu audiencia qué es y por qué es importante en la vida de ellos?
Cuando haces «de todo un poco» y ayudas a todos los que puedes, en realidad te ayudas poco y menos ayudas a los demás.
Una de las razones importantes del foco —de enfocarse como un láser y hacer una sola cosa— es que la gente reconoce con el tiempo, o asocia en su mente, que la persona o empresa ideal para realizar dicha tarea, o para obtener cierto producto o servicio, eres tú.
La gente recomienda lo que recuerda, lo que recuerda como buena experiencia; lo que asocia en su mente. Cuando la gente empieza a recordar que eres la persona que se dedica a ese servicio específico o que provee ese producto en particular, aumenta la probabilidad de que mencionen más tu nombre entre sus conocidos y que hagan referencia de ti (o de tu empresa).
Cuando dices NO (educadamente, claro) a todos esos potenciales clientes que quieren otro producto o servicio que está fuera de tu área de experticia, no pierdes nada. Al contrario, ganas muchísimo. Ganas que luego te recomienden justamente porque recuerdan, «no hace lo que yo necesitaba en ese momento, pero sí se dedica a esa otra cosa que tú necesitas ahora. Es justo lo que necesitas. Llámalo(a)».
«Mientras más dijimos NO a los que estaban fuera de nuestra experticia específica, más clientes llegaron. Y no eran cualquier cliente, eran las personas ideales con las que queríamos trabajar».
El «no» no es el foco. El foco es… el foco. Cuando tienes foco dices «no» debidamente y consistentemente.
Estés donde estés, sea el área, sector, o disciplina que sea, ¡enfócate!
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*Este artículo fue publicado originalmente en Medium.com*