DILE SI A LOS OBSTACULOS DE LA VIDA
“El Amor está oculto también, en aquello que roba tu paz.”
Los desafíos de la vida no son solo para aquellos que no hacen las cosas bien. Los obstáculos, los desafíos están en la vida de todos y he aprendido a verlos como regalos porque he visto que detrás de cada desafío, cada obstáculo hay una lección de vida para crecer y trascender las creencias limitantes bajo las que vivimos. De hecho, cada vez que nos enfrentamos a una situación desafiante tenemos una nueva oportunidad para sanar las heridas, para romper los bloqueos mentales, para observar el inconsciente y sacar a la luz las heridas ocultas. Solo cuando tenemos el coraje de mirar en la oscuridad del inconsciente, nos curamos y nos convertimos en seres auténticos que nacieron de la luz.
Uno de los regalos maravillosos que obtenemos, si estamos dispuestos a aceptar los desafíos que enfrentamos, es la aceptación. La aceptación significa decir sí en lugar de no. Es permitir en lugar de resistir, es abrazar en lugar de empujar, es abrirnos a lo que duele y lo que es incómodo porque es la única manera de construir resiliencia y expandirnos como seres espirituales plenamente maduros. La espiritualidad es el camino de la verdad. Es el camino que tomamos cuando finalmente tomamos la decisión consciente de florecer, transformarnos, dejar atrás nuestro pequeño Yo y abrazar por completo nuestra divinidad.
La aceptación es parte de nuestro viaje y es mejor que aprendamos y nos abramos a ella antes de tener que pasar por el dolor y el sufrimiento para dejar de resistir. La aceptación de lo que es, es pura sabiduría porque ¿qué sentido tiene resistir algo que ya está en tu vida? Es una paradoja porque, aunque la naturaleza del Universo es cambio constante, la mente quiere aferrarse a lo que percibe como valioso. Al hacerlo, la mente humana elige pasar por un dolor innecesario y encuentra todas las razones correctas por las que es lógico hacerlo. Cuando aprendemos a aceptar lo que es, también estamos aprendiendo a rendirnos a lo que es.
La rendición no es dejarse vencer, es simplemente dejar ir el deseo de que la vida sea diferente a lo que es, sabiendo que todo lo que está sucediendo es un regalo, una oportunidad de aprender, crecer y elevarse por encima de las creencias limitantes bajo las cuales vemos la vida. Cuando nos rendimos, permitimos que la vida fluya confiando en que todo lo que se nos presenta es por alguna razón. Es como volverse invisible y permitir que los desafíos de la vida pasen a través de nosotros como el viento, pero si nos identificamos con la forma, va a ser doloroso. Eckhart Tolle dice: "conéctese con lo no-físico en usted".
El espíritu no tiene forma y es la esencia más pura del Ser, pero cuando nos aferramos a la forma física creemos que debemos protegernos y defendernos, ya que estamos separados unos de otros. En el nivel del Espíritu, somos Uno y no hay división. Una de mis citas favoritas es: "Soy una gota en el océano", entonces, ¿cómo puedo compararme con otra gota de agua? ¿Cómo puedo competir con otra gota de agua? ¿Cómo podría dañar otra gota de agua?
La rendición nos hace humildes hasta el punto en el que podemos decir: “padre, como un niño pequeño, acepto que no sé nada.” Al contrario de lo que la mente del ego siempre susurra en nuestra mente: lo sabes todo, tienes el control de tu vida, el Espíritu nos recuerda que nuestra visión limitada como seres humanos es estrecha. La humildad es esencial para crecer y conectarse con la divinidad interna y, al hacerlo, permitir que la verdad se manifieste, nos permitimos expandirnos y alcanzar la esencia de la santidad, purificando nuestro corazón y recordándole a la mente nuestra verdadera naturaleza: Amor.
Experimentamos la vida a través de nuestros sentidos y nuestros sentidos están influenciados por nuestros pensamientos. "Somos lo que pensamos" es una de las verdades más importantes en la vida y si no elegimos conscientemente filtrar los pensamientos, simplemente estamos viviendo en modo automático, permitiendo que los pensamientos nos definan, definan a los demás y definan el mundo que nos rodea. Estamos bajo la influencia de la charla mental permanente y no le prestamos atención ya que se ha convertido en algo natural y, a menos que desarrollemos conciencia, estamos condenados a vivir en una mentalidad inconsciente que determina cómo experimentamos la vida.
Las historias mentales son guiones que aceptamos sin darnos cuenta y sin mucho discernimiento sin saber que la mayor parte de nuestro pensamiento es el resultado de percepciones que son muy diferentes a las verdades. Las percepciones son interpretaciones incompletas e imperfectas de la verdad que están influenciadas por supuestos inexplorados de la realidad, una realidad que se ve a través de los filtros de el intelecto letárgico en lugar de la naturaleza ilimitada de el Espíritu, que es sabio. Cuando le damos la bienvenida a los obstáculos porque hemos decido conscientemente aprender y crecer, le decimos sí a la abundancia del universo y permitimos que la vida fluya a través de nosotros en lugar de forzar que las cosas sucedan de acuerdo con nuestra visión precaria de lo que la vida debería ser para nosotros.
Cuando aceptamos y nos rendimos, dejamos de legitimar y fortalecer nuestros bloqueos mentales y, en su lugar, reconocemos la fuerza vital de la vida permitiendo que se manifeste y nos guie; por eso es tan esencial practicar algún tipo de disciplina como la meditación para vernos y crear un espacio de quietud mental y escuchar a la voz de la sabiduría "En silencio, recibo las palabras de Dios hoy" es un mantra que siempre repito a lo largo del día porque estoy eligiendo conscientemente ser guiado sin expectativas.
Según Pema Chodron, deberíamos estar contentos de encontrar obstáculos porque es un golpe de suerte que la vida nos trae para ayudarnos a expandirnos a un nivel superior de conciencia. Solo cuando aceptamos de buen agrado, nos rendimos y abrimos los brazos a los desafíos de la vida, estamos ampliando las posibilidades de renacer. En otras palabras, los desafíos de la vida son el puente entre nuestro Yo inconsciente y sin luz y nuestro Ser santo y eterno.
Otra forma de ver obstáculos es como huéspedes no deseados que golpean la puerta en el momento menos esperado y nos causan gran angustia si no estamos preparados y no estamos preparados si no hemos cultivado la aceptación, la entrega, la autoconciencia, la paz interior. Si crees que podrías simplemente cerrar la puerta en su nariz, estás equivocado. Puede desaparecer por un tiempo, pero tarde o temprano golpeará nuevamente con mayor ímpetu y causará mayor angustia hasta que reciba toda tu atención. Abrele la puerta, invítalo a pasar y dile que se puede quedar todo el tiempo que le parezca necesario. Si lo ves con ojos de compasión y te sientes agradecido por su presencia como si fuese un mensajero de luz puesto que su misión es ayudarte a cruzar el punte de lo inconsciente a lo consciente, del miedo al amor, del caos a la paz interior, puedes abrir tu corazón y tu mente.
No sientas miedo de la vida, no temas los obstáculos, pero sé consciente y elige conscientemente abrir tu corazón al Amor. Después de todo, la vida es un equilibrio entre el cuerpo y el espíritu, entre el Ser espiritual y el Ser de carne y hueso. “La felicidad no proviene de las cosas externas sino de nuestro interior a medida que nos rendimos a la sabiduría de la incertidumbre, desarrollamos amor y compasión por todos, y estamos conscientes de cada momento precioso de la vida.”
Monica