Diputados: todo está por verse
La ronda diaria, frenética, de posibles nombres para ocupar la presidencia de la cámara baja en busca de algunos mecanismos de gobernabilidad, permiten pensar algunas cuestiones, teniendo en cuenta la modesta proporción de legisladores con los que contará el nuevo oficialismo a partir del 10 de diciembre.
Entre los candidatos que pican en punta, aparecen dos figuras: Cristian Ritondo y Florencio Randazzo.
La opción de Ritondo (candidato con un lejano pasado peronista), constituiría una doble apuesta: por una parte, recostar la fuerza legislativa en los actuales diputados que conforman el bloque del PRO, confiando en mantener cierto abroquelamiento de un grupo que, vale recordar, aún no dirimió las internas que lo atraviesan; por otro lado, la opción Ritondo permitiría establecer vasos comunicantes con algunos sectores del peronismo, sobre todo los del interior del país, que deberían negociar de manera directa recursos con el flamante gobierno central que, por su historial de declaraciones y posiciones, aparece firme en sus posturas de no ceder fácilmente ante los requerimientos de las provincias. En este ajedrez, también suenan los nombres de Emilio Monzó y Nicolás Massot, ya reconocidos por propios y ajenos por su capacidad de trabajo en pos de consensos más amplios, quienes podrían ser piezas claves en la configuración de un grupo diferenciado del ala dura del PRO y que también podría ejercer una función facilitadora a la hora de los acuerdos.
En el caso de optar por Randazzo, la lógica es similar, pero implicaría que el vuelco estaría dado por la expectativa de un quiebre en el actual bloque del Frente de Todos donde, como dijimos, el rol de los gobernadores y de un jugador fortalecido como es Juan Schiaretti sería importante. Dato clave: la designación de Franco Mogetta, ex secretario de Transporte de Córdoba durante la gestión de Schiaretti, en la nación, representa una señal sobre un problema que preocupa hace tiempo a gran parte de los gobernadores el interior del país: la política de subsidios al transporte que beneficia notablemente al AMBA en detrimento de otros distritos.
Siguiendo con esta línea, el surgimiento de un nuevo espacio en la cámara, bajo premisas similares a las que, durante el gobierno de Mauricio Macri, tuvo el denominado Bloque Justicialista incorporado en un sector más abarcativo denominado en su momento Interbloque Argentina Federal, es decir, la emergencia de un espacio dialoguista no alineado con el kirchnerismo, le otorgaría a Randazzo el volumen necesario (hoy magro) para asegurar algún tipo de fluidez legislativa. Aquí los próximos pasos que puedan dar “los cordobeses” y las posibilidades atraer para sí a una mayor cantidad de diputados serán fundamentales. En este escenario, podríamos encontrar al grupo de diputados que conduce Máximo Kirchner replegado, conformado mayormente por diputados provenientes del AMBA y ejerciendo el rol de oposición dura.
Recomendado por LinkedIn
Pase lo que pase, todo indica que un escenario de una ruptura de los bloques tal como se encuentran constituidos, sumado al ingreso de los nuevos diputados que representarán directamente los intereses de sus provincias (función más propia del Senado pero que en la práctica tiñe igualmente las discusiones en Diputados), permitiría vislumbrar una fuerte federalización de la Cámara, donde la negociación tema a tema y área por área marcarían la próxima agenda legislativa.
Por último, aparece una alternativa que, a la luz de los movimientos, parece poco probable (y nada recomendable) dado el diseño institucional argentino y su robustez, amén de los costos políticos y judiciales que podría acarrear: un atrofiamiento en el funcionamiento del Congreso, con inicio en la cámara baja.
En semanas previas corrió el rumor, débil, pero rumor al fin sobre un posible entorpecimiento en la conformación de aquellas comisiones de Diputados definidas como de “gobernabilidad”: Presupuesto y Hacienda, Legislación General, Asuntos Constitucionales, Finanzas y Justicia entre las principales.
Tarea arriesgada ésta última, para quien ocupe la presidencia, ya que implicaría evitar cualquier acuerdo entre las fuerzas que conforman la cámara a la hora de designar autoridades de comisiones y fijar la agenda de trabajo de cada una de ellas. Como se dijo, todo indicaría que esta opción no es la que primaría.
Dinámicas novedosas, ingreso y permanencia de figuras de peso en convivencia con outsiders, y la misma expectativa sobre lo que pueda ocurrir en todos los resortes de poder, éste es el panorama en la Cámara de Diputados por estas horas.
Todo está por verse.