Diseñar como Shakespeare. William Shakespeare.
Cuando se aplica el proceso de diseño de manera profunda, amplia y de forma metódica se pueden crear experiencias de marca enriquecedoras que conviertan a los clientes en leales seguidores. El truco está en hacer lo que William Shakespeare hizo al crear sus obras.
Al diseñar “productos de entretenimiento” que funcionaban en múltiples niveles, pudo aumentar no solo la cantidad de clientes sino también su satisfacción, por lo que regresaron una y otra vez.
Este es un diagrama de The Designful Company que permite visualizar cómo una empresa es comprendida por sus diversos públicos.
Este diagrama representa a la empresa como un conjunto de anillos concéntricos.
Comienza con la visión en el centro de la empresa y se extiende hacia afuera a través de la identidad, la cultura, los productos y la marca, donde la empresa interactúa con los clientes. Cada uno de estos anillos presenta un desafío de diseño, y es importante diseñar de manera clara y consistente desde el interior hacia el exterior. Si hay una desconexión entre la visión y la marca, por ejemplo, la marca será vista como confusa, poco auténtica o incluso dudosa.
La alineación en la parte superior del esquema se puede abordar a través de una comprensión organizacional de la marca, más las estructuras y los procesos necesarios para impulsarla.
El diagrama muestra bien la gama de distintos niveles en los que la audiencia puede vincularse con la empresa. El nivel en la parte superior, es la percepción: la superficie de la experiencia humana, que incluye lo que vemos, escuchamos, tocamos, olemos y saboreamos.
El siguiente nivel es la razón, los procesos lógicos que utilizamos para dar sentido a productos, servicios, empresas y comunicaciones.
Si profundizamos un poco más en el gráfico encontramos las emociones, los sentimientos que impulsan muchas de nuestras decisiones, incluidas las que están ocultas bajo nuestra razón.
Debajo del nivel de emoción está la resonancia, que nos da la intuición de que una relación con una compañía, producto u oferta determinada es 'correcta' para nosotros.
En la parte más baja está la ideología, la conexión tribal que sentimos con una marca: el profundo conocimiento de que 'pertenecemos' a una empresa o marca.
Cuando “tocas” personas en más de un nivel, no solo profundizás su experiencia, sino que alcanzás a un público más amplio, ya que las personas varían en cuanto a su sensibilidad a cada tipo de experiencia.
Diseñar no se puede lograr a través del mandato de la organización. Solo puede venir a través del dominio personal de los diseñadores que hacen el trabajo. Si bien William Shakespeare fue un gran “diseñador”, fue su visión y habilidad personal lo que le dio a sus obras y a su negocio la riqueza y la autenticidad que crearon una leyenda.
Fuente: Marty Neumeier