DISRUPCIÓN antes y después de COVID19

Disruptivo es algo que rompe o interrumpe bruscamente; se impone y desbanca. 

Fundé esta empresa armado de una buena idea y con un estilo disruptivo de hacer las cosas. En estos años hemos crecido excepcionalmente rápido, hemos expandido la empresa a través de varias adquisiciones y hemos guiado al sector con nuevas soluciones de movilidad. Nos gusta llamarnos disruptivos y nos apasiona saber que lo conseguimos, porque no pensamos que era imposible.

Hace quince días, tan solo quince días, me levantaba cada mañana para ir a las oficinas de MKD AUTOMOTIVE GROUP en la Avenida de Bruselas del Arroyo de la Vega de Alcobendas. Allí crece la idea y el modelo disruptivo; allí me encontraba con los más de cien empleados de la empresa. Cada lunes celebrábamos nuestro CODIR con exposición de avances tecnológicos y empresariales; perfeccionamiento de procesos para seguir mejorando la satisfacción de nuestros clientes; estatus financiero; desarrollos de IT… Teníamos además el respaldo de ARDIAN, el reputado fondo inversor francés; todos los planes de crecimiento y expansión avanzaban al ritmo previsto. La plantilla crecía; la empresa crecía; la idea se hacía grande y se hacía cada vez mejor.

Quince días después, llegó la DISRUPCIÓN en forma de virus al que no se quien coronó. El CODIR que celebramos, ahora telemáticamente y a diario, tiene en su agenda puntos radicalmente distintos: liquidez, solvencia, talento, cumplimiento estricto con nuestros colaboradores, mantenimiento del servicio para todas las flotas estratégicas (sanitarias, telecomunicaciones, reposición…) y para nuestros clientes, tantos de ellos afectados por esta emergencia sanitaria que se esta cobrando demasiadas vidas y se cobrará demasiados cierres y empleos.  

Y una vez más, en MKD vamos a hacerlo de otra manera. Otra vez nos vemos rediseñando aquella fantástica idea para que siga funcionando y para que ruede aún más fuerte cuando volvamos a vencer. Nunca he sentido miedo a empezar de cero aún cuando ahora, tengo la enorme responsabilidad de velar por los empleos de todo el equipo de MKD. El virus pasará y sus nocivos efectos económicos también. Quedarán en nuestra memoria las víctimas, familias, amigos y el orgullo de todo el personal que ha combatido, desde su profesión o su capacidad, a erradicar a este virus maldito. Todos habremos perdido algo o a alguien por el camino aun cuando el tiempo nos permita darnos cuenta también de todo lo aprendido.

Desde MKD AUTOMOTIVE GROUP nos hemos propuesto no perder un ápice de nuestro posicionamiento pre COVID19. Por eso hemos tomado todas las medidas para esta compleja operación de mantenimiento de la empresa que nadie había programado y que ha conllevado decisiones nada fáciles, pero imprescindibles para no gripar el motor de MKD. Hemos reprogramado nuestra unidad para seguir conectados con clientes, atendiendo ahora más que nunca con flexibilidad, lo que necesiten de nosotros. Hemos engrasado la relación que diariamente mantenemos con proveedores de recambios, talleres, colaboradores de movilidad; nuestro aplauso a todos los que os habéis unido a este esfuerzo extraordinario. En tiempos excepcionales siempre hay que aplaudir a los que actúan excepcionalmente.

Tenemos un objetivo: seguir rodando aún más fuertes. Y un propósito: seguir rodando todos los que estamos, todos los que hemos hecho grande a MKD AUTOMOTIVE GROUP. La carretera por la que rodamos tiene hoy muchos baches; el camino no está señalizado; la intuición y, sobre todo, la experiencia del buen conductor va a ser vital para llegar a la meta. Es la experiencia y la capacidad disruptiva del conductor la que permite superar las curvas más cerradas. He ahí mi gran responsabilidad en la que pongo en valor mi experiencia como empresario y mi alma de startup.

Trabajamos en un gran sector: un sector vital para la economía y el empleo en España y en el mundo. En estos días de crisis, el turismo ha estado muy presente en la mente de todos; pero no olvidemos que el sector del automóvil, de la movilidad, las flotas corporativas, rent a car, renting… es otro gran motor para este país. A todo mi sector, incluidas por supuesto las empresas de nuestra competencia, mis mejores deseos. Es el momento de hacer el mejor engranaje para sacar toda nuestra potencia mecánica.

A partir de hoy, me acojo la enmienda de Albert Einstein “hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla”. Y si me lo permiten, hago mías las palabras del Papa Francisco: “prefiero hablar de ESPERANZA antes que de optimismo; ESPERANZA Y FÉ para salir de esta siendo todos mejores personas”. Se lo debemos a todos los que nos han dejado.

A la disrupción del COVID19 la venceremos empresarialmente desde la capacidad disruptiva del talento. Seguiremos dinamizando la economía y generando empleo. Seguiremos rodando; aún más fuertes y más disruptivos.