E-learning…. Desde Temple, en Puerto Madero, Buenos Aires.

Tenía reservado desde hace algún tiempo las ganas de un post para agradecer la estancia por Buenos Aires (Argentina) justo antes del confinamiento por Covid-19. 

De entrada, agradecer a la Universidad Blas Pascal su acogida tanto en Córdoba como en Buenos Aires. Especialmente a Marco Lorenzatti y todo su equipo de educación continua, atreviéndose a descubrir y a experimentar con Managament Colors. De facto más de 300 profesionales de diferentes sectores y empresas, especialmente salud, participaron en las dinámicas que conjuntamente con Valentí Martínez desarrollamos.

Conclusiones de las dinámicas (tanto de la sesión de Córdoba, como de la sesión en Buenos Aires) con este juego de cartas para desarrollar competencias “soft skills” y que en vez de “blandas” son el factor diferencial:

Competencias que más veces han salido como claves para el futuro:

·     Toma de Decisiones

·     Creatividad e Innovación

·     Liderazgo adaptativo

·     Transformación Digital.

·     Trabajo en equipo

No sé si 100 días más tarde de confinamiento, y aún con mucho trabajo por delante en Covid, las prioridades serían las mismas. De facto y como mayoritariamente fueron directivos de salud, sería interesante contrastar los resultados obtenidos con Blas Pascal, con las competencias y palancas del liderazgo durante Covid en las organizaciones de salud, pero especialmente también respecto al liderazgo de los escenarios futuros.

¿Y … que tiene que ver con e-learning y la situación hoy? Por lo menos dos cosas que quería compartir:

A)   PUERTO MADERO ES UN EJEMPLO DE LA TENDENCIA GLOBAL DE TRANSFORMACIÓN Y CAMBIO SOCIAL.

Puerto Madero es una de las zonas que representa la mayor transformación de la ciudad. Seguramente pierde mucha de la esencia que los nostálgicos veníamos a buscar por esta ciudad (que luego encontramos en Barrio de Palermo, Caminito a Boca, …), pero extraordinario el trabajo de reconvertir los viejos astilleros en todo un nuevo distrito económico y social de primer nivel mundial.

De facto podríamos decir que es una gran tendencia en las ciudades la transformación de ciertas zonas para convertirlas en un nuevo polo de desarrollo económico y social. Gran visión de los que lo pensaron, que aplicaron tendencias globales a una realidad local. Una innovación radical, donde tenemos mucha más incertidumbre y dónde el conocimiento previo es más escaso e incluso menos útil, pero donde las experiencias de otras ciudades (la propia Barcelona en su apertura al mar) nos facilita aprender de las mismas.

Los proyectos de innovación surgen de las ideas, pero son las observaciones, las experiencias, lo que genera la materia prima necesaria para que se generen ideas (algunas quedarán en un cajón y otras acabarán en proyectos). Innovación es incertidumbre, y la única forma que tenemos para reducirla es aprender. Y es aprender experimentando, y es aprender observando, interpretando, también de las tendencias globales.

En el caso del elearning deberíamos hacer lo mismo y valorar, cómo las tendencias globales a nivel social tienen su réplica en el contexto de la educación continua no presencial:

En definitiva, aprovechar la tendencia social como motor de cambio y de transformación del elearning. No solo quedarnos con la transformación digital de lo presencial a lo no presencial, sino aprovechar todas las corrientes y tendencias para apalancar y potenciar modelos de formación online mucho más inmersivos, centrados en las personas y que sean motor de aprendizaje y cambio.

B)   TEMPLE ES, ADEMÁS, CERVEZAS CON PROPÓSITO Y ALMA.

Temple Bar es una cervecería que también se encuentra en medio de Puerto Madero. En ella, se organizan muchos encuentros y eventos en el ámbito de las start-ups, de la innovación y de la transformación digital. También entre semana, colaboran intensamente con muchas de las ong's y entidades sin ánimo de lucro de la ciudad y el país, conectando intereses y necesidades de unos, con la visión, experiencias y deseos de transformar de otros.

Es, por tanto, una cervecería intensa en conocimiento, en relaciones, en inquietud hacia la mejora y la innovación social, en un entorno distinto al tradicional, y con una cultura corporativa que la ha llevado a poner en marcha plataformas e incubadoras de start-ups, participando incluso en el capital de algunas de ellas.

Hoy en muchos artículos, post y documentos se habla de la necesidad de cambiar la Cultura de las Organizaciones (por ejemplo en relación a la transformación digital). Cambiar una cultura no es tarea fácil, y demasiado a menudo pensamos que sólo con proponer algunas ideas o crear un equipo de trabajo de innovación, arrastraremos al resto de la organización hacia ella. Pero lamentablemente no es así.

Igual que la formación. Quizás podemos creer que unos cursos pueden servir para cambiar la cultura, pero no es así. La formación puede servir para concienciar sobre la necesidad de cambio, para facilitar la interpretación y la comprensión de los mismos, para crear el escenario más propicio posible que los facilite y promueva, e incluso acompañar a los equipos y a la organización en su desarrollo (aportando sistematización, metodologías, herramientas nuevas). Pero la clave está en los sistemas y los procesos de trabajo (que son los que verdaderamente cambian los hábitos de las personas y que al cambiar los hábitos cambias la cultura).

Dentro de una nueva cultura de aprendizaje en las organizaciones, los líderes y directivos pueden facilitar espacios y recursos para que sus equipos cojan el hábito de observar el entorno, generar insights (evidenciar como está cambiando el mundo, qué tendencias hay hoy, …) que las pongan en común, y que vayan cogiendo ese hábito de analizar la información, llegar a conclusiones y desde ellas proponer acciones. Quizás, por ejemplo, pueden hacer que cada 2 semanas ese equipo dedique un par de horas a ello.

Esto tiene que ver con la decisión directiva de orientar a las personas a hacer 2 trabajos: ejecutar y crear. Ejecutar es condición necesaria para competir. Tiene que ver con implantación, con conseguir resultados, con hacer lo que debemos hacer. Pero ahora en el nuevo paradigma, hablamos también de la necesidad de entender e interpretar el entorno. De observar, para innovar, ... y crear.

Las organizaciones hemos estado muy enfocadas “hacia dentro”: compartir información desde calidad, ventas, finanzas, productividad, clientes, productos, procesos, proveedores… y la observación externa se hace de manera muy informal y poco sistematizada. Por tanto son organizaciones diseñadas para ejecutar. Y hoy día necesitamos, además, organizaciones (estructuras, sistemas, culturas…) que nos permitan ver, entender, comprender todo lo que sucede en el entorno, todos los cambios que hay, y que nos permitan aprovechar las oportunidades.

Esto es lo que hace Temple, pero esto es lo que también deberíamos buscar desde el elearning. Ayudar a los participantes, a las empresas y organizaciones, a prestar atención al entorno, a identificar señales débiles y oportunidades, a ver el cambio antes, a generar intuiciones de alta calidad, y luego transfórmalas en ideas y proyectos.

Por tanto no solo elearning para "aprender" o "aprender haciendo", sino también para potenciar el pensamiento crítico, para que cada persona explore el entorno e identifique oportunidades emergentes, para sistematizar la recogida de toda esta información, para que en equipo (lo más multidisciplinar posible) discuta lo que está observando, y después, ayudarles a identificar y generar oportunidades, acompañándoles en su desarrollo.

Un elearning con nuevo propósito, con más valor. Como Temple, y Puerto Madero.

Oscar Dalmau. Gerente de Unió Consorci Formació y Director de Nuevos Proyectos en UManresa (Uvic-UCC)