#Ecopandemics
Ante la #Coronacrisis económica aguda en la que estamos entrando, se están tomando medidas a todos los niveles. Pero en general son medidas muy suaves y tímidas, “parches”, que carecen de la valentía suficiente para poder contener realmente el impacto de la sangría que cabe esperar, o están llegando muy tarde (por ejemplo el aplazamiento de cuotas de autónomos durante 6 meses justo el día que se les ha cobrado la cuota de marzo: aunque mejor tarde que nunca, claro está).
Los objetivos prioritarios deben ser hibernar parcialmente la economía (del todo no es posible, porque las actividades esenciales y las que facilitan que esas actividades se desarrollen con la mayor normalidad, o la reconversión de actividades hacia otras más útiles ahora, como hace la SEAT y muchas otras empresas, fabricando respiradores, EPIS..., también son procesos económicos), pero al mismo tiempo, mientras la economía hiberna, quienes carecen de acopio, los más vulnerables, tienen que ser asistidos.
Y la mejor manera de asistir de modo universal a los más vulnerables, y no con parches de los que todos no se pueden beneficiar (como la moratoria hipotecas con muchas restricciones), “sin dejar nadie atrás”, es mediante una renta mínima vital, que con carácter excepcional, no se puede demorar más. Hasta ahora sólo se está ayudando a los que se han quedado en una situación vulnerable después del estado de alarma: ¿y qué de los que ya eran vulnerables antes y que no tienen ningún tipo de ayuda y que deben estar confinados?
Luego hay medidas que no entiendo como no se han aprobado ya, cuando no suponen un coste para las arcas públicas, y que permiten tanto asistir a los más vulnerables como a la economía en general, y facilitar esa hibernación y posterior reanimación, con la menor generación de daños posible en el tejido empresarial: se trata de la moratoria general (de todo tipo de crédito, no sólo de los préstamos hipotecarios) y universal (tanto para personas físicas como jurídicas, tanto PYMES como grandes empresas) de créditos. Y es que esta medida no tendría ni porqué suponer un coste para las propias entidades bancarias: se trata de aplazar el vencimiento de todo crédito unos 3 meses y de fraccionar los intereses devengados en ese tiempo durante la vigencia del crédito (o trasladarlos a la fecha de vencimiento ya prolongada). Tal medida aliviaría enormemente las tensiones en el sistema circulatorio de todo el organismo que es una economía, mientras ésta hiberna, ayudando a que una crisis que sólo tendría que ser temporal, produzca cicatrices permanentes, y poder aspirar con más esperanza así a una recuperación en V.
Y es que ciertos daños permanentes son inevitables, pero hay daños que sí es posible evitar y a muy bajo coste (los ERTES son fundamentales y necesarios, un gran acierto, pero muy costosos para las arcas públicas: prolongar el vencimiento de todo crédito a todos, aliviaría mucho la tensión del organismo económico común, sin grandes costes para nadie). Más que una hibernación de la economía, pues ese es un proceso natural ya regulado por sus propias leyes, hay que verla como una criogenización, donde es indispensable agudizar el ingenio, la creatividad y la valentía. Y es que no hay que esperar que después del invierno más o menos todo se recuperará, sino que debemos ser especialmente activos y proactivos en la preservación de cada célula que se pueda reanimar después.
Puedo entender que la falta de valentía del Gobierno, de la poca contundencia mostrada a la hora de tomar las medidas que la preservación del organismo económico requeriría, se debe a que Europa está siendo muy insolidaria, inconsciente de la excepcionalidad terrible de esta pandemia, y que no se da cuenta que este virus matará a la UE (y a otras alianzas estratégicas y geopolíticas) si no muestra empatía durante una crisis humanitaria en la que la gente está muriendo (sí, los #coronabonds, aunque con otro nombre, son una necesidad para que Italia y otros países no se vayan al garete, y con ellos, toda Europa, incluidos los países “serios”, pero también una oportunidad para unir Europa un poco más, aunque sólo sea a partir de respaldar la deuda emitida durante un período acotado para costear este tipo de gasto extraordinario: es el compromiso que le faltaba al euro para ser una unión monetaria estable y creíble y aspirar así a ser una reserva de valor mundial y refugio principal en situaciones de incertidumbre, por encima del dólar). Pero hay que hacer mucho más, hay que buscar más alternativas, y ser conscientes de que todo esfuerzo que se haga hoy, evitará mucho daño permanente en el futuro. Bastante estresante debe ser gobernar un país en esta situación tan incierta, hasta el punto que algunos ministros de finanzas (el del land alemán de Hesse, donde está la capital financiera del Euro: Frankfurt) deciden quitarse de en medio de un modo definitivo. Pero las medidas que no perjudican a casi nadie y muy levemente a quienes sí (la moratoria universal y general de créditos) y la renta mínima vital excepcional (luego se puede discutir si conviene o no que se quede o si debe ser condicionada: personalmente preferiría condicionarla especialmente a ciertas conductas, o graduarlas según las necesidades del individuo-familia o del común, pero no es el momento ahora de especular sobre el futuro: tiempo habrá), no se pueden demorar más.
Blockchain Consultant @ ETERNVERSE . Cryptomarket analyst & strategist. Cryptoartist
2 años2 ños y medio después parece que se acabaron aprobando un ingreso mínimo vital, aunque no en la forma ideal que defiendo, y ahora los bancos empiezan a proponer aplazar hipotecas, pero tampoco en su forma ideal, aplazando el pago de principal automáticamente, sino recalculando las cuotas https://www.diariodesevilla.es/economia/Gobierno-plantea-bancos-familias-hipotecaria_0_1730828084.html