Ecosistemas promotores de competencia e innovación: una obligación de las empresas socialmente responsables en el 2023.
En el ranking de competitividad de Octubre de 2022 Perú aparece en el puesto 65 entre los países mejores calificados en innovación con una calificación de 29.1 sobre 100; y en el ranking latinoamericano se ubica con la sexta mejor ubicación, detrás de Chile, Brasil, México, Colombia y Uruguay, éste índice evalúa la infraestructura disponible, el capital humano, la investigación y el ecosistema empresarial y político. La fuente para estos indicadores la brinda la Organización mundial de la Propiedad Intelectual.
Claro está que nuestro país no está pasando en los últimos años por su mejor momento político, por lo que nuestra obligación es contrarrestar ello, de donde nos toca estar, en este caso mejorando la infraestructura, fortaleciendo la capacitación del capital humano y la investigación con educación de calidad; y sobre todo, brindando las condiciones necesarias para la creación de un adecuado ecosistema empresarial socialmente responsable.
Muchas veces escuché que el peor enemigo de un Cajamarquino es otro Cajamarquino, sin embargo, nunca me lo creí. Fue gracias a esa incredulidad que decidí volver a mi ciudad a establecer una empresa con un giro no muy relacionado a lo que estudié (soy abogado), sino a lo que siempre me apasionó más: la movilidad, los vehículos y el transporte y servicios relacionados. Lógicamente, tuve que capacitarme en la administración de negocios e identificar cuáles eran las oportunidades que había en mi ciudad para poder enfrentar el reto de hacer empresa, pero siempre recordando el incómodo refrán de inicios de este párrafo.
Los primeros clientes que tuve son a los que más recuerdo y con los que debo ser más agradecido, además de mis familiares y amigos, por supuesto. No es coincidencia que los clientes del sur, principalmente arequipeños, siempre fueron los más exigentes que tuve, pero también los más comprensivos, y sobre todo, los que más impulsaban a que siguiera adelante con el negocio local cuando mi inexperiencia me hacía cometer errores. Y digo que no es coincidencia, porque siempre he visto en los gremios de la ciudad blanca, una fortaleza y una solidaridad envidiable, una muestra de ello también es su a veces malinterpretado amor por su región, que siempre les da una ventaja frente a otras ciudades que no son Lima, por ello es que tienen parques industriales, y mucho más comercio y empresas sólidas y bien vistas a nivel nacional e internacional.
En el plano local, tuve el gusto de conocer y conversar en algunas oportunidades a los Sres. Arturo Diaz y Ciro Arribasplata, ambos cajamarquinos, quienes tuvieron las primeras concesiones de las marcas de vehículos hace ya bastantes décadas. Asimismo, tuve también la oportunidad de conocer a destacados empresarios del rubro de otras ciudades, que hasta la fecha me orientan ante alguna duda, cuando mi inexperiencia aun me pasa factura. Lo curioso es que todos me advertían que tarde o temprano la envidia o torpeza de un paisano mío podría significar el límite más contundente para crecer y traer a la memoria el temido dicho de que “el peor enemigo de un Cajamarquino es otro Cajamarquino”.
Y es cierto, en los últimos años he tenido la poca fortuna de conocer con un paisano mío que por ostentar un puesto de Supervisión en Newmont, utiliza su posición para crear un ecosistema contrario a la competencia y a la innovación, pero lo más triste es que escuda su actuar con un fundamento inexistente, bajo el pretexto de una supuesta preocupación en estándares de seguridad.
Hace casi 3 años vendemos un producto que es utilizado por la mayoría de empresas en el mundo por su versatilidad y confiablidad, me refiero a las Pick Ups de tamaño medio (casi inexistentes en el mercado norteamericano), pero muy populares por su economía y fortaleza en el mercado latinoamericano.
Es así que en estos años mucha empresas y personas naturales invirtieron en la compra de Pick Ups con la esperanza no solo de usarlas como herramienta de trabajo, sino también con la esperanza de alquilarlas a diversas operaciones industriales entre las que están las operaciones mineras. En Cajamarca y en Perú el crecimiento del mercado automotriz ha sido potenciado fuertemente por la venta de este tipo de vehículos gracias también a que es uno de los pocos productos que goza de una exoneración al impuesto selectivo al consumo y lo hace más competitivo.
Desafortunadamente, la superintendencia de seguridad de Newmont a partir del año pasado, ha enviado diversas comunicaciones y advertencias que van desde la amenaza de no cumplir con los pagos a las contratistas que no tengan la marca que según la interpretación de ellos es la única que cumple los estándares de seguridad, sino que además está obligando a que las retiren de sus operaciones a partir de este mes de enero y les han generado una barrera de entrada a cualquier marca que no sea la que, según ellos cumpla con esta certificación generando distorsiones y pérdidas en la asignación de recursos y productos.
Soy consciente y entiendo perfectamente que el cumplimiento de un reglamento de seguridad debe cumplirse, siempre y cuando sea aplicado de manera legal y objetiva. Es por ello, que hemos demostrado con sustento técnico y legal que las exigencias de seguridad de los vehículos que requieren ya no solamente no están vigentes al tratarse de certificaciones que ya no aplican para los vehículos que supuestamente cumplen con estos requerimientos, al haber cambiado totalmente de características, pero nada es suficiente.
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En el mes de junio del 2022 tuve la oportunidad de reunirme, -conjuntamente con un grupo de representantes de la Cámara de Comercio y Producción de Cajamarca-, con el presidente de Newmont, así como con otros directivos de esta gran empresa, a la que mi ciudad y el país le debe mucho y viceversa, todos ellos responsables de sus riendas a nivel Sudamérica (que incluía a Perú y a Cajamarca por supuesto). El mensaje del presidente de la corporación fue claro y contundente: “Se generará un entorno de inversiones locales y nacionales principalmente, y respaldaremos el desarrollo de los negocios para que éstos puedan seguir siendo competitivos”.
Todo el avance que sentí en esa reunión (de la cual salimos más que satisfechos inicialmente) y el compromiso de Newmont de fomentar la competitividad, fue traído abajo con la hermeticidad, parcialización y falta de sustento de las restricciones por parte de la superintendencia de seguridad de esta empresa en Cajamarca que – considero - busca únicamente un poco de protagonismo, porque no encuentro otra razón para no permitir la utilización de otros vehículos que no sean de la marca que el área desea.
Lamentablemente, según su interpretación, la vigencia de una certificación dada para una camioneta de diferente peso, motor, potencia, chasis y medidas, sigue vigente hasta después de cuatro años por la interpretación literal de una publicación de Latin Ncap.
Puede parecer increíble, pero ese es el argumento por el cual, en la actualidad, están forzando a que algunos distribuidores de vehículos Pick Up en la ciudad de Cajamarca presenten certificaciones que no son válidas porque, pese a la identidad de nombre de modelos comercializados en Estados Unidos y en América Latina, la certificación de seguridad IIHS (Insurance Institute for Highway Safety) no aplica para estos vehículos homónimos por la simple razón de que son vehículos completamente diferentes. Esto conllevará en caso se generen accidentes, no solo a la sanción de las empresas que utilizan una información falsa, sino también a la sanción del área de seguridad que las deja pasar por agua tibia.
Otros distribuidores que venimos comentando eso en muchas reuniones con Newmont y sus contratistas, solamente invocamos una razonable interpretación de los requerimientos técnicos de los vehículos que utilizan en operaciones de Newmont en Cajamarca, porque increíblemente es la única ciudad en donde una sola marca se ha convertido en un monopolio por una interpretación parcializada y antojadiza de las normativas de seguridad de una corporación. Como abogado sé que todos gozamos de libertad de contratar en su sentido más amplio, pero también sé que hay libertad de competir para ser más eficientes con normas iguales.
Una de las consecuencias inmediatas de la falta de criterio para la interpretación de las normas es que, como consecuencia de lo anterior, a partir de enero 2023 se ha prohibido la operación de cualquier marca que a criterio de la superintendencia de seguridad de Newmont no cumpla con los estándares de seguridad como ellos lo entienden. Como consecuencia de lo anterior hay amenazas de no reconocer los pagos a las empresas que no tengan la camioneta que sugiere la superintendencia de seguridad. Asimismo, ello ha llevado a que ninguna otra marca, salvo las que falsifiquen información en sus características, sean las que tengan la oportunidad de ser alquiladas en operaciones de Newmont y sus contratistas.
La Cámara de Comercio y Producción de Cajamarca ya ha hecho llegar una carta sustentada y respaldada por la Asociación Automotríz del Perú donde expresa literalmente que: un vehículo solamente puede mantener la certificación de seguridad Latin NCAP en la medida que sea idénticamente igual en características técnicas y mecánicas a los evaluados.
Como es sabido, los monopolios afectan principalmente a los consumidores, que en este caso son muchas empresas locales y nacionales que se ven forzadas a mentir sobre certificaciones de vehículos con modelos homónimos sobre los que no aplican las certificaciones de seguridad para las que realmente fueron dadas, y además, también afectan el mercado local, ya que se genera una sobredemanda de un vehículo que no solamente es escaso, sino que lógicamente se ve sobrevalorado al haber una sobredemanda injusta.
Como Andrés Oppenheimer sostiene y sustenta en base al informe de Statista citado al inicio de este artículo, la razón principal por la que en Latinoamérica estamos muy por debajo en innovación y competitividad se debe a la falta de un ecosistema que fomente las inversiones, por la falta de capacitación del personal de las empresas, que muchas veces ni siquiera permiten escuchar otros puntos de vista para analizarlos, otras razones son la burocracia, la corrupción o la falta de respeto a la propiedad intelectual. Estos últimos factores, normalmente están muy relacionados con la falta de capacidad de los profesionales que ostentan cargos altos en corporaciones.
Espero sinceramente que en este año 2023, las empresas más importantes con inversiones en nuestro país, y en especial en mi ciudad, reevalúen no solo el personal que tienen, sino sobre todo, fomenten un ecosistema favorable a las inversiones locales, nacionales e internacionales con reglas claras y sobre todo, enfocadas en el bienestar general, sino lamentablemente siempre seguirá vigente el dicho de que un Cajamarquino es el peor enemigo de otro Cajamarquino. Aprovechemos el buen avance que este 2022 hemos tenido como ciudad en el Índice de Competitividad Regional que nos ha sacado de los últimos 5 puestos que tanto años hemos tenido, de acuerdo al Instituto Peruano de Economía.
Cajamarca, 01 de enero de 2023
--Gerente General
2 añosSerá que todavía no entendemos que nuestro trabajo no es un feudo, dónde participan solamente los que escojo , Será que el tamaño de la compañía la hace perder la sensibilidad que la industria que representa exige más de ella que solamente cumplir una norma legal. 30 años y todavía seguimos siendo poco amigables a la dinámica comercial de la región. Y después nos preguntamos porque aparecen en nuestra región los Goyo Santos, los Marco Arana, los Pedro Castillo, etc.