Edificios verdes, la única alternativa a futuro

Actualmente, el 54% de la población mundial es urbana y la tendencia apunta al crecimiento de grandes ciudades, capaces de albergar poblaciones equivalentes a las de algunos países. Claro ejemplo es Shanghái, la ciudad con mayor población en el mundo, que alberga 23 millones de personas, poco más o menos el 75% de la población del Perú. A Shanghái se suman otras grandes ciudades como Pekín, Cantón y Shenzhen, que van de los 13 a los 8 millones de habitantes. El mayor acceso a empleos y servicios de educación, salud, cultura y recreación fomentan el desplazamiento de la población del campo a la ciudad.

La tendencia a construir megápolis y vivir en las ciudades es irreversible. Surge entonces la necesidad urgente de mirar este proceso desde la perspectiva ambiental.  

Según la IEA, Agencia Internacional de Energía, entre el 35 y el 40% de la energía, producida a nivel mundial, se consume en las ciudades, a través de su uso poco eficiente en edificios de vivienda, instituciones, empresas y centros comerciales. Estas edificaciones, son también las responsables de la emisión de gases contaminantes en un porcentaje que va de 25 a 35.

Vemos entonces que no sólo las fábricas y vehículos motorizados son responsables de la emisión de Gases de efecto Invernadero, sino que la contaminación es mayor en las ciudades, porque las edificaciones son también agentes de contaminación, por su alto consumo de energía, el uso de materiales de construcción contaminantes y por las emisiones de CO2 que emiten, sin considerar que ocupan espacios que podrían funcionar como áreas naturales.  

Desde esta perspectiva, avalada por organismos internacionales y Certificadoras, en pocos años, las normas de construcción sustentable deberán ser obligatorias, si queremos recuperar el equilibrio ambiental.

Construir edificios residenciales, de oficinas o centros comerciales, en cuyo diseño, construcción y mantenimiento se hayan considerado criterios de sustentabilidad, eficiencia energética e hídrica y conectividad con espacios urbanos y sistemas masivos de transporte, es parte de un futuro que ya no podemos ignorar.

Las normas y las certificaciones van a formar parte del mundo de la industria de la construcción en muy pocos años y quienes empiecen a construir edificios verdes o modificar edificaciones para hacerlas menos contaminantes estarán un paso adelante, mostrarán su responsabilidad social y ambiental y harán un muy buen negocio.