🎭¿Educas, entretienes o emocionas?🎭
Tras casi 10 años de experiencia como consumidor de contenido digital, quería plasmar una idea que me ha acompañado estos últimos años. Lo haré a través de una breve historia.
Narrador: A la hora de crear contenido, siempre se persigue al menos una de las tres acciones que representan el título de este artículo. Ya seamos un perfil personal o parte de una campaña de marketing integral, todos buscamos lo mismo: V E N D E R.
Público: ¡Exagerado!¡Malpensado!¡Loco!... ¡¿¡PROSCRITO!?!
Tú frente a la pantalla: 🤔 Pero Fernando... ¿y si yo no quiero vender?
Yo: MENTIRA y CON UN ELEVADO ÍNDICE DE MASA CORPORAL.
Una vez presentados todos los personajes de esta historia, te diré que lo siento, pero asúmelo: todos queremos y nos quieren vender algo. Por eso, tenemos a nuestra disposición los canales idóneos para hacerlo efectivo:
🤳🏻 ¿Una vida personal perfecta? Instagram.
👨🏻🎓 ¿Un conocimiento devastador? Twitter.
😻 ¿Una bondad y emoción envidiables? Facebook.
👩🏻🚀 ¿Una carrera profesional indiscutible? Linkedin.
Aunque estos objetivos poseen matizaciones, subcategorías y reflexiones, es obvio que resumen en buena medida nuestro fin último: V E N D E R.
Tú otra vez: 🤔 Pero Fernando, no quiero verme así, odio vender...
Ya, el problema es que el concepto vender y el estigma que trae con él dan para un libro (mínimo). Admítelo cuanto antes y construye sobre ello.
Yo (ya me caes mejor): 😏 Por último, deseo acabar este primer artículo con una pregunta:
Si tuvieras el trabajo de tus sueños (con sus correspondientes condiciones maravillosas) y tu empresa facturara billones de euros / dólares / [insertar la moneda deseada], ¿Qué tipo de contenido propio y ajeno compartirías en Linkedin?