Efectividad y Eficiencia Formativa en Docencia de Pregrado: Pueden ser todas las instituciones medidas con la misma vara?
La formación que entregan las Instituciones de Educación Superior puede ser analizada tanto de la perspectiva de la efectividad como de la eficiencia formativa. Si hablamos de efectividad esta puede concebirse como el hecho de cumplir con la promesa educativa que implícitamente se le hace a un estudiante cuando se matricula: se titulará, desarrollará las competencias contenidas en su perfil de egreso en un nivel adecuado y encontrará empleo, dando por sentado que el estudiante realizará el trabajo académico necesario para graduarse. A nivel agregado, la institución es más efectiva en la medida que un mayor porcentaje de sus cohortes se titulan y tienen éxito en encontrar empleo en un tiempo razonable; sin considerar cuánto se demoren (o años tengan que invertir) para lograr este objetivo. Desde luego que la deserción afecta negativamente la efectividad, ya que esos estudiantes no lograrán la meta final de titularse.
Por otro lado, la eficiencia apunta a que se logrará el objetivo antes mencionado en el menor tiempo posible; es decir lo mas cercano posible al tiempo de titulación teórica. Para ello, el desempeño académico del estudiante o su progresión debe asimilarse lo más posible al estudiante ideal: aquel que aprueba en primera oportunidad con buenas calificaciones todas las asignaturas. El estudiante ideal, es por definición además efectivo y posee ciertas características como: contar con una preparación previa adecuada a las exigencias del programa de educación superior, sus preferencias vocacionales están bien definidas y son compatibles con la carrera elegida, se encuentra altamente motivado por los desafíos de su plan de estudios y posee y dedica el tiempo suficiente para lograr buenos resultados académicos, descontado que no tiene preocupaciones de índole económico en cuanto al pago de la matrícula, arancel y gastos de manutención.
Todo lo anterior supone además que la IES cuentan con planes de estudios adecuados y pertinentes, condiciones de operación óptimas, cuerpos de docentes de excelencia en cuanto a conocimientos, experiencia profesional, competencias docentes y preocupación por el éxito académico de los estudiantes.
En un contexto de acceso masivo a la educación superior, de diferencias en las aptitudes académicas de los estudiantes, de formaciones académicas previas heterogéneas y muchas veces deficientes, de contextos familiares complejos y de falta de orientación vocacional adecuada, es natural que muchos estudiantes exhiban brechas respecto a las características ideales para lograr el objetivo de titularse y en el menor tiempo posible. Sin duda las IES tienen una responsabilidad en implementar medidas para ayudar a cerrar estas brechas mediante diversos programas e iniciativas de apoyo a los estudiantes; como de preocuparse de que sus variables internas -planes, condiciones de operación y calidad de la docencia- exhiban los niveles requeridos para ofrecer una formación de calidad.
No obstante, debido a que existe un proceso selectivo de admisión y preferencias marcadas por ciertas instituciones, se producen también heterogeneidades en el perfil de los estudiantes que se matriculan en las IES. Dadas estas diferencias ¿es posible aplicar los mismos estándares de efectividad y eficiencia a todas las IES? ¿Es razonable esperar los mismos resultados académicos entre una institución y otra? ¿Cuáles son los niveles mínimos aceptables en efectividad y eficiencia dependiendo del perfil de estudiantes?
En primera instancia, aparece como plausible que instituciones que admiten estudiantes con mayores brechas en sus competencias de entrada, exhiban una mayor deserción y mayores tiempos de titulación que las que admiten estudiantes mejor preparados. También que el énfasis en la exigencia se centre en su capacidad de retener a los estudiantes y lograr que se titulen, más que en exhibir los menores tiempos de titulación del sistema. Por otra parte, desde la perspectiva de la política pública, apoyar a los estudiantes en mayor desventaja debiera ser una prioridad, una manera de emparejar una cancha que les ha tocado recorrer cuesta arriba en los años de su formación previa a la educación superior. Lo anterior sin renunciar a que las IES tienen la obligación permanente de ofrecer condiciones óptimas de aprendizaje y de realizar los mayores esfuerzos con los estudiantes que más lo necesitan.
Directora Escuela Ingenieria Comercial. Directora Académica. Gestión del Cambio y Talento. Mujeres en Directorio.
5 añosEfectivamente, no todos los alumnos tienen igual velocidad y/o calidad de aprendizaje y/o profundidad asi mismo las comunidades académicas son resultado de la interacción de alumnos, docentes y los tipos de contenido y el estilo de relación que se construye. ¿Como aplicar factores de eficiencia y efectividad a procesos únicos?. Las métricas que se aplican son para el conglomerado: subir los indicadores exige el aprender en equipo, aprendizaje por pares, situar en contexto. Podriamos aprender más de las relaciones e interacciones de logro y desempeño que se da en el deporte: se juega con interés y pasión, existe claridad de objetivo, el atleta es el protagonista, el entrenador apoya al 100%. Si aplicamos eso a cualquier contenido el desafio cognitivo aumenta y la trascendencia nos permite mejor desempeño. Y pensar que Educación Física paso a asignatura no obligatoria...
Productivity & Risk Manager at Bechtel
6 añosInteresante artículo. De mi experiencia de más de 10 años como profesor por horas de dos casas de estudio, basado en mis mediciones, para ningunos de los alumnos son tema la eficiencia. Si la efectividad. Esto, la secuela de todo el sistema aguas arriba. Cuando hablamos de eficiencia y eficacia, estamos hablando de las variables claves de la Productividad. Por tanto, concuerdo, las Productividades educaciones son distintas en una casa de estudio donde entran los Máximo, respecto a los mínimos puntajes . Para torcer lo anterior, los docentes deben saber de productividad... aprender a con poco hacer mucho, y no ir a la sala a repetir textos de terceros. Esta es la actividad clave que ningún KPI detecta y por el cual esta brecha en la Ues, Colegios secundarios no se reduce.