Efectos producidos por las actividades humanas y el cambio climático en las abejas

Efectos producidos por las actividades humanas y el cambio climático en las abejas

No quiero dejar pasar este año sin publicar este artículo basado en la publicación de Dave Goulson y Elizabeth Nicholls de la University of Sussex en Inglaterra publicado en Science en marzo de este año, titulado: “Anthropogenic influences on bee foraging”.

Las abejas son insectos altamente especializados que se alimentan casi exclusivamente del néctar y el polen de las flores y, al hacerlo, contribuyen sustancialmente a la polinización de plantas y cultivos silvestres. 

La expansión de la agricultura industrial está reduciendo la disponibilidad y diversidad de los recursos florales para las abejas por una parte, y por la otra al incrementar los cultivos como el trigo, el arroz y el maíz, que comprenden el 79% del área de cultivo mundial y que son polinizados por el viento, no se requieren los servicios de polinización de las abejas.

Otro desafío para las abejas que se alimentan en las tierras de cultivo es la exposición a los agroquímicos. Los efectos subletales de los neonicotinoides incluyen navegación deficiente, lo que aumenta la frecuencia con la que las abejas melíferas se pierden cuando buscan alimento

El sulfoxaflor, flupiradifurona e incluso el herbicida glifosato, tienen impactos subletales negativos en aspectos del comportamiento de búsqueda de alimento, la memoria y el aprendizaje.

Los contaminantes transportados por el aire afectan la detección de olores florales y el aprendizaje sobre las recompensas florales. También pueden afectar la capacidad de vuelo y la navegación.

Esta pérdida de la memoria, genera que las abejas tengan que hacer varios viajes para recolectar el alimento, lo que es energéticamente costoso, y se convierte en un círculo vicioso; para viajar más, se deben alimentar más, las condiciones de alimentación subóptimas resultan en una pérdida neta de energía en el transcurso de un viaje, con lo cual no se cumple el cometido de conseguir comida.

La cantidad de crías que se pueden aprovisionar está determinada por el excedente de alimentos que las abejas adultas pueden recolectar, al no lograrlo, se pone en peligro la subsistencia de esa colmena.

La fragmentación del hábitat significa que las abejas a menudo necesitan volar más lejos para encontrar comida.

El aumento de las concentraciones de CO2 puede reducir el contenido de proteínas del polen. Es probable que los eventos de cambio climático, alteren la capacidad de las plantas para producir recursos florales.

La radiación electromagnética (ondas de radio, microondas y campos alrededor de las líneas eléctricas de alto voltaje) puede interferir con la capacidad de las abejas para detectar y usar el campo magnético de la Tierra para navegar.

Los cultivos como la canola, el girasol y muchas frutas y verduras que requieren polinización y ofrecen recursos florales para las abejas, presentan otro desafío y es el período corto de quizás 3 semanas que ofrecen alimento a las abejas.

El mayor interés público en la disminución de las abejas también ha llevado a un aumento de la apicultura urbana. El deseo de ayudar a las poblaciones de abejas en declive, genera competencia con las abejas silvestres por los recursos florales. 

Encontrar formas de apoyar a las abejas silvestres en las tierras de cultivo es un desafío aún mayor.  

Es posible diseñar esquemas agroambientales para apoyar a los polinizadores, para esto es necesario una mejor comprensión de las necesidades dietéticas y el comportamiento de búsqueda de alimento de las abejas.

Ayudar a las abejas implica un movimiento sistémico hacia:

- prácticas agrícolas regenerativas

- uso de cultivos de cobertura de leguminosas

- mayor diversidad de cultivos

- uso reducido o eliminar los pesticidas

- plantar flores amigables con las abejas

Con lo cual se podrá proporcionar un servicio de polinización resiliente tanto para los cultivos como para las flores silvestres y suficiente alimentación tanto para las abejas silvestres como las abejas domésticas derivadas de la apicultura.

Fuente:

Goulson, D., & Nicholls, E. (2022). Anthropogenic influences on bee foraging. Science, 375(6584), 970-972.

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